Según la Ley de Robo de Hidrocarburos, aprobada ayer por el Senado de la República el robo de gasolina es un delito considerado como «grave».

Las gasolineras que acostumbran vender «litros de menos» serán sancionadas con condenas desde cinco y hasta 10 años de prisión para los responsables, multas que van desde los $335,000 hasta $1 millón de pesos e incluso la pérdida de las concesiones.

Esta legislación, será enviada a la Cámara de Diputados para su análisis, incluye además la tipificación del nuevo delito de «Terrorismo en Instalaciones Petroleras», el cual supone castigos de hasta 60 años de prisión, así como multas que llegan a los $5 millones de pesos.

Hasta ahora los establecimientos que robaban gasolina sólo eran sancionados con la inhabilitación de las bombas.

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