Más de 60 ecuatorianos proponen 8 acuerdos basados en el diálogo y la confianza

Seis de cada diez ecuatorianos creen que la sociedad civil será la que reactive el país, dice Roberto Salas, uno de los promotores de la iniciativa ciudadana Diálogos Vitales.

Tras el paro nacional que vivió Ecuador en octubre pasado, la “incapacidad de los poderes estatales y la ausencia de espacios de diálogo” empezaron a preocupar a este grupo de ecuatorianos, incertidumbre que se vio acelerada por la crisis sin precedentes que ha provocado la pandemia de COVID-19.

El proyecto Diálogos Vitales surgió hace pocos meses en medio del tiempo de aislamiento que se impuso en el país y tiene como objetivo –mediante la vía del diálogo– ayudar a orientar el accionar futuro sea colectivo o individual de la sociedad ecuatoriana.

La iniciativa, que se maneja de forma autofinanciada, comenzó con un grupo promotor de 21 ciudadanos que buscan construir espacios de diálogo y confianza. A ellos se sumaron 43 líderes en diversas áreas, comprometidos en diseñar una propuesta de acuerdos mínimos para el país.

Los líderes fueron definidos según criterios de selección con base en la diversidad, equidad e inclusión, partiendo de un estudio al cual tuvieron acceso y según el cual la sociedad civil y las empresas son los dos actores de mayor confianza para los ecuatorianos. “La confianza de los ciudadanos para el resurgimiento de Ecuador también está depositada en el gremio empresarial”, agrega Salas.

Hasta el momento, Diálogos Vitales cuenta con doce participantes del sector privado empresarial, catorce de la sociedad civil, ocho personas provenientes de instituciones relevantes del sector público y cerca de una decena de expertos en reactivación económica, salud, educación, soberanía alimentaria, desarrollo rural, trabajo en alianzas y sostenibilidad, todos participan en la iniciativa para aportar con sus conocimientos y experiencias.

Salas comenta que en la iniciativa cuentan también con representantes de minorías del país.

En un primer consenso, todos los promotores y líderes comprometidos lograron definir tres ejes para establecer ocho acuerdos mínimos que serán la base de trabajo para ir alcanzando resultados en otras etapas de la iniciativa. “El resultado se logró a través de la generación de confianza, en un diálogo respetuoso”, dice José Ignacio Morejón, también promotor de la iniciativa, y cuenta que paradójicamente a lo que se pensaría, llegar a un acuerdo entre tantas personas y distintas ramas no les resultó difícil.

El primer eje comprende la Unidad y colaboración nacional; el segundo la Recuperación justa y sostenible; y el tercero, el Cambio del modelo de desarrollo, que esperan difundir a través de los actores involucrados.

En el primer eje se encuentran tres de los ocho acuerdos: construir confianza como valor indispensable para definir una visión común partiendo de la honestidad es el primero; promover el diálogo social, colaborativo e igualitario; y crear un proceso denominado Minga Ecuador, en el que todos los ecuatorianos puedan unirse para generar y fomentar acciones que construyan el bien común.

Los promotores comentan que Minga Ecuador es el brazo de la iniciativa a la que esperan que se sigan sumando los ecuatorianos,mediante la página web, con propuestas para que por medio del diálogo y con base en la ética y en pro de intereses comunes permitan reconstruir el país, y también con su participación en otras mingas ya propuestas para apoyar con su difusión y aplicación en la sociedad.

Hasta ahora la iniciativa ha conseguido captar 36 ideas de ciudadanos que podrían llegar a convertirse en mingas. En estas se encuentran todo tipo de planteamientos que abarcan temas que van desde fomentar emprendimientos sostenibles en zonas como la Amazonía, erradicar la corrupción y la desnutrición en el país, cerrar la brecha de desigualdad y también otros que apuntan al desarrollo de la tecnología, el cuidado ambiental y de los recursos naturales.

En tanto, en el segundo eje se establecen dos acuerdos más: un accionar en conjunto para desarrollar resiliencia que permita la recuperación urgente con miras a largo plazo, guiados por la ética y la justicia, reconociendo las capacidades propias del Ecuador que puedan ser potenciadas con innovación y emprendimiento; y, el quinto, forjar una sociedad solidaria de seres humanos libres con igualdad de oportunidades.

Y en el tercer eje se establecen los tres acuerdos finales: alcanzar metas comunes que garanticen dignidad, los derechos y un desarrollo justo y equitativo para todos, unidos en la diversidad, con respeto, humildad y corresponsabilidad; promover un modelo de desarrollo interdependiente, descentralizado y sostenible, que reduzca la inequidad y la pobreza con una gobernanza transparente, democrática y participativa; y asegurar que este modelo de desarrollo sea ambientalmente responsable y conciba a la naturaleza como un seguro de vida para las futuras generaciones.

No obstante, Morejón dice que los ocho acuerdos pueden ser aplicados en cualquier situación y hace un llamado a todos los ecuatorianos a aplicarlos hasta en las cosas más cotidianas.

Lourdes Luque de Jaramillo, otra integrante del grupo promotor, dice que ahora que se han definido estos primeros ocho acuerdos mínimos ha llegado el momento de la adhesión de los ciudadanos a la iniciativa. “Queremos que todos los ecuatorianos se sientan parte de este país en construcción. Una sola hoja de ruta, un solo país”, apunta.

En el país al igual que esta iniciativa existen otras basadas también en el diálogo que se están impulsando, como Reinventa Ecuador y las Mesas de Concertación, y con las que los promotores de Diálogos Vitales aseguran estar en el proceso de articularse para que las propuestas de todos puedan ganar fuerza. (I)