Sea como fuere, es una sensación extraña. A pesar de tener una caja de 46 milímetros, el Galaxy Watch8 Classic tiene la misma pantalla que el Galaxy Watch8 de 40 milímetros. El Galaxy Watch8 de 44 milímetros tiene más pantalla en menos espacio. Cierto es que el Classic gana el bisel giratorio, del cual hablaremos luego. Es paradigmático, desde luego.
Los botones
El modelo Classic ha heredado el botón de inicio rápido del Watch Ultra, de manera que tenemos tres botones laterales. Están muy bien rematados y no cliquean lo más mínimo. Algo de relieve o un grabado sutil les habría venido al pelo, porque resbalan si tienes las manos mojadas o húmedas. El botón de inicio rápido es bastante útil cuando hacemos deporte, pero echo en falta más opciones de personalización.
Si no eres deportista, este botón pierde bastante. Es decir, si en los demás botones puedo mapear cualquier app del reloj, ¿por qué en este botón no? A mí, personalmente, me habría venido genial poder mapear Google Wallet en ese botón para liberar la doble pulsación en el botón de inicio y dedicarla a cualquier otra app, como Amazon Music o mi lista de tareas.
Si eres deportista, ignora lo anterior. Este botón te permitirá lanzar el modo deportivo que quieras o la selección de deportes rápidamente, así como pausar y reanudar ejercicios. La implementación está bien, que no se me malinterprete, pero podría ser más completa. El reloj nos permite configurar que las acciones se lancen con una o dos pulsaciones, pero no que una acción se lance con una pulsación y otra con una doble pulsación, e incluso una tercera manteniéndolo pulsado. Si el botón está ahí, mejor dar opciones que limitarlo porque sí.
El bisel (y qué bisel)
El bisel giratorio es una fantasía, no se puede decir de otra manera. Tiene un «click click click» que es puro bálsamo para el alma, un desplazamiento realmente agradable y un grabado que hace que el agarre sea óptimo. Es extremadamente útil para navegar por los menús y, sobre todo, por las pantallas laterales. Cuando lo usas durante unos días acabas generando memoria muscular, de manera que aprendes cuánto tienes que desplazar el bisel para llegar a una pantalla concreta. Donde se ponga este bisel, que se quiten los gestos.
Porque sí, es cierto que otros relojes, como el Watch7 sin ir más lejos, emulan el bisel giratorio vía software cuando deslizamos el dedo por los laterales de la pantalla, pero no es tan preciso. Ante el bisel solo puedo decir una cosa: chapó. Me da pena saber que no volveremos a verlo hasta dentro de dos años, pero es el mundo en el que nos ha tocado vivir.
Tenemos que hablar de la correa
Otra de las decisiones que no me parece acertada es haberse desecho del pasador estándar de la correa para sustituirlo por un sistema propietario. Históricamente, los Galaxy Watch han usado un pasador de 20 milímetros que, básicamente, nos permitía usar cualquier correa de cualquier marca. Eso se acabó. El Galaxy Watch8 Classic tiene un acople propietario, de manera que si queremos cambiar la correa hay que comprar una que valga sola y exclusivamente para este reloj. Por no hablar de que tu colección de correas, si es que la tienes, no podrás usarla.
Si en lugar de añadir el mecanismo del pasador a la correa, este se hubiera integrado directamente en el chasis (será por espacio), se podría haber implementado un pasador estándar y no estaríamos hablando de esto. Por otro lado, la correa que viene por defecto en este reloj de más de 500 euros es de silicona. Con apariencia de cuero, sí, pero de silicona. No es una mala correa en absoluto, pero no es la que esperamos en un reloj premium que pide, por lo menos, una correa de cuero.
Pantalla: (casi) nada que objetar
La única pega que se le puede sacar a la pantalla del Watch8 Classic es, si acaso, que es pequeña en comparación con la caja. No creo que nadie que tantee este reloj venga buscando optimización de biseles porque, bueno, aquí el bisel es físico y gira. Por lo demás, es una pantalla que se ve perfectamente a plena luz del día, que responde bien y que se mueve con fluidez. El brillo es suficiente para plantarle cara al sol de Córdoba a las 18:00 y asciende hasta los 3.000 nits, aunque solo en ciertos deportes y al aire libre.
Wear OS 🤝 One UI
El motor de este reloj es exactamente el mismo que el de su antecesor: dos gigas de RAM, un procesador Exynos W1000 y, cambio aquí, 64 GB de almacenamiento en lugar de 32. Que el motor sea el mismo es, por un lado, buena noticia porque el Watch7 se movía bien y este lo hace también. Por otro lado, parece que los procesadores para smartwatches están algo estancados a expensas de que Qualcomm haga movimientos.
Volviendo al tema
El sistema operativo es Wear OS 6 aderezado con One UI 8 Watch, por lo que tenemos una interfaz familiar dentro del entorno Samsung con algunas funciones interesantes (Now Bar, la posibilidad de tener widgets de diferentes apps en una misma tarjeta o un mejor análisis del sueño), así como todas las ventajas de Wear OS, a saber: acceso a Google Play, Google Maps, Google Wallet, las apps de música en streaming, etc. No obstante, lo realmente jugoso del asunto tiene nombre propio: Google Gemini.
Gemini en la muñeca: bien
Para sorpresa de nadie, Samsung ha sido la encargada de estrenar la prometida integración con Google Gemini en relojes inteligentes. Basta con usar esta IA un par de veces para darse cuenta de lo desactualizado que estaba Google Assistant.