Sí hay habitaciones disponibles, se leía en la entrada de varios hoteles del balneario de Atacames, en el sur de la provincia de Esmeraldas, hasta la tarde del lunes anterior. Se estima que la presencia de turistas alojados fue de unos 25.000 en Tonsupa, Atacames, Súa y Same, manifestó el alcalde Byron Aparicio.

Esto significa que un 85% de hospedaje fue utilizado de la capacidad para 40 mil visitantes, entre el sábado y lunes de feriado. Alexandra Vanegas, quien arribo con unas amigas desde Quito, se mostró complacida por el clima acompañado de sol radiante. Mientras Félix Montalván, proveniente de Santo Domingo de los Colorados, solo hizo turismo de un día con su familia para finalizar el paseo en las playas de Manabí, según dijo.

Saúl López, vendedor de derivados de frutas en la playa, dijo haber recuperado algo de dinero en relación al feriado de carnaval del 2018, donde no hubo presencia de turistas por los incidentes en la frontera binacional de San Lorenzo con Colombia.

El reclamo de los vacacionistas son los precios de la gastronomía, sobre la elaborada con mariscos. Ariel Minchala, dijo que por un cebiche mixto le cobraron $ 10 dólares y un pescado frito $ 12. Precios que tratan de regular las autoridades de control en bares y restaurantes, pero sus propietarios aducen que los vendedores de mariscos y otros elevan los costos en cada feriado.

Mientras, en los condominios y departamentos particulares sí hubo una significativa presencia de familias y visitantes. Rosalba Bastidas, quien arribó desde La Concordia (Santo Domingo de los Tsáchilas), indicó que algunos viajeros se quedaron por falta de dinero y otros por el anuncio de despidos de la función pública.

La movilidad interna de pasajeros de la ciudad de Esmeraldas se observó en la terminal terrestre y carros particulares a los balnearios de Atacames, Muisne, Rioverde y Las Peñas; al igual que a los balnearios de agua dulce como Tabiazo, Vuelta Larga, Tacole y La Unión de Atacames.

Las fiestas de carnaval finalizaron ayer martes en Esmeraldas con la culminación del XV festival de danza y música afro en la playa de Las Palmas, bailes populares y diversión entre familias con las piscinas de plástico (I)