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Riesgos de invertir en la bolsa: cuáles son y cómo puedes prevenirlos

En este artículo te explicaré cuáles son los principales riesgos de invertir en la bolsa y cuál es la mejor forma de evitarlos o reducirlos en la práctica. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

Y es que las grandes ventajas que ofrece la bolsa frente a otros tipos de inversión, hacen que realmente merezca la pena que destines una parte de tus recursos a estos mercados, a pesar de los mencionados riesgos.

Índice

 Invertir en bolsa sin riesgo: ¿es posible?
 ¿Cuáles son los riesgos de invertir en la bolsa de valores?
 #1. Riesgos de mercado o sistemáticos
A. Riesgo de divisa
B. Riesgo de inflación
 #2. Riesgos de invertir en bolsa específicos o no sistemáticos
A. Riesgo de quiebra
B. Riesgo por fraude o estafa
C. Riesgo por operar en corto
D. Riesgo por operar con productos apalancados
E. Riesgo por sobreoperar
F. Riesgo de liquidez
 ¿Cómo controlar los riesgos de invertir en bolsa?
 ¿Y cuáles son los beneficios de invertir en bolsa?
 [Conclusión] Un tipo de inversión que merece la pena

 Invertir en la bolsa sin riesgo: ¿es posible?

Antes de nada, hay que partir de un dato que no por evidente resulta menos importante: como cualquier otro tipo de inversión, el hecho de invertir en bolsa conlleva riesgos.

El riesgo cero no existe.

Por tanto, siempre deberías desconfiar de cualquier promesa en sentido contrario. No hay productos «milagrosos» que te permitan invertir en acciones y lograr elevadas rentabilidades sin riesgos.

En este sentido, el nivel de riesgo de una inversión suele estar correlacionado con su potencial de rentabilidad. En consecuencia, si quieres obtener mayores rendimientos, debes estar dispuesto a asumir riesgos también más altos.

Finalmente, la clave está en conocer a fondo dichos riesgos y adoptar las medidas necesarias para minimizarlos, como luego veremos.

En cualquier caso, si quieres partir de una buena base teórico-práctica antes de empezar a invertir, te recomiendo descargar mi toolkit de bolsa. Es 100% gratuito.

 ¿Cuáles son los riesgos de invertir en la bolsa de valores?

Con carácter general, el riesgo más habitual al invertir en bolsa es el de experimentar una disminución del valor de los activos.

En determinados casos, como por ejemplo una quiebra o un fraude, incluso se podría llegar a perder el total de la inversión, aunque no sea lo más habitual.

No obstante, como veremos más adelante, existen muchas técnicas y estrategias para reducir el riesgo de nuestras inversiones de forma realmente significativa.

Los principales riesgos de invertir en bolsa y otros activos cotizados se clasifican en dos grandes grupos:

  • Riesgos de mercado
  • Riesgos específicos

A continuación, te explicaré en qué consiste cada una de estas categorías y cuáles son los riesgos concretos que se incluyen en ellas.

De todos modos, si quieres seguir profundizando en estos temas, te recomiendo suscribirte a mi newsletter gratuita para estar al día de todos los artículos que vaya publicando.

 #1. Riesgos de mercado o sistemáticos

Llamamos riesgos de mercado o sistemáticos a aquellos que afectan a todo un mercado en su conjunto, con independencia de los activos concretos en los que se invierta.

Por tanto, es un tipo de riesgo que no puede evitarse diversificando nuestra cartera en distintas acciones de dicho mercado.

No obstante, sí puede minorarse a través de la inversión en otros mercados o bien en combinación con la inversión en renta fija, u otros tipos de activos distintos de las acciones.

Algunos de los factores de riesgo sistemático más conocidos son los relacionados con guerras, catástrofes naturales, ataques terroristas, crisis políticas o económicas, cambios en los tipos de interés, etc.

En este sentido, existen fundamentalmente dos formas en las que pueden manifestarse estos riesgos sistemáticos:

A. Riesgo de divisa

El riesgo de divisa o de tipo de cambio es el riesgo financiero que surge del cambio en el precio de una moneda en relación con otra.

Por ejemplo, si la moneda de tu país es el euro e inviertes en acciones americanas que cotizan en dólares, van a afectarte las oscilaciones del tipo de cambio entre ambas monedas.

De este modo, si el dólar bajase, tu inversión tendría menor valor (incluso aunque no hubiese variado el precio de la acción).

B. Riesgo de inflación

Como sabes, la inflación es un aumento generalizado en los precios de los bienes y servicios de una economía durante un determinado período de tiempo.

Por tanto, el riesgo de inflación es aquel que se refiere a la incertidumbre sobre el valor futuro real de una inversión, después de descontar la inflación.

Así, por ejemplo, si tus acciones se hubiesen revalorizado el 5% en un determinado período, pero la tasa de inflación fuese del 6% en ese mismo plazo, realmente habrías perdido el 1% del valor de tu inversión.

 #2. Riesgos de invertir en la bolsa específicos o no sistemáticos

Esta segunda categoría de riesgos está directamente relacionada con el rendimiento de una empresa concreta o de un sector o industria específicos.

Por tanto, son riesgos que pueden disminuirse a través de una adecuada diversificación, como luego veremos.

Existen seis grandes tipos de riesgos específicos o no sistemáticos:

A. Riesgo de quiebra

Se trata del riesgo de que una empresa quiebre en un momento dado. En consecuencia, esto podría implicar que los inversores perdiesen el total de su inversión.

Sin duda, es el riesgo más grave dentro de los no sistemáticos, ya que puede suponer la pérdida completa del capital.

No obstante, también existiría la posibilidad de que la compañía lograse recuperarse de la quiebra, a través de una reestructuración, o bien que fuese adquirida por otra empresa. De todos modos, su cotización experimentaría una enorme caída, con las consiguientes pérdidas para los inversores.

B. Riesgo por fraude o estafa

Sin duda, es uno de los riesgos más graves y también más difíciles de evitar, dado que se basa en un engaño o mala práctica, que incluso podría ser constitutivo de delito.

Así, por ejemplo, puede darse el caso de estafas piramidales cometidas por empresas o intermediarios financieros, fraudes contables o, directamente, engaños sobre los productos o actividades que desarrolla la compañía.

En estos casos, es improbable que los inversores lleguen a recuperar el total de su dinero, ya que es difícil que la empresa cuente con activos suficientes.

C. Riesgo por operar en corto

De una forma muy simple, podemos decir que las operaciones en corto son aquellas en las que se vende un activo antes de comprarlo.

Para llevarlas a cabo, el bróker nos presta temporalmente las acciones (a cambio de una comisión), hasta que decidamos cerrar la posición (comprando las acciones al precio en que coticen en ese momento).

Por tanto, este tipo de inversión se basa en la expectativa de que la cotización va a bajar.

Así, la idea es vender las acciones al precio de hoy, para comprarlas más adelante a un precio más bajo, ganando la diferencia (menos las comisiones).

Sin embargo, operar en corto es una práctica muy arriesgada, no apta para principiantes, ya que es uno de los pocos casos donde puedes perder más de lo que hayas invertido. Y es que, mientras que una acción no puede cotizar a menos de cero, sí podría subir ilimitadamente.

Por tanto, podrías encontrarte con enormes pérdidas, además de tener que asumir las comisiones propias de operar en corto, que son más elevadas que las de operar al alza.

D. Riesgo por operar con productos apalancados

En pocas palabras, el apalancamiento consiste en utilizar productos financieros que te permiten realizar inversiones por un importe superior al del capital que realmente aportas.

Es decir, se trata de incrementar tu exposición a un determinado mercado o activo, pero sin aumentar el capital que efectivamente inviertes.

Un típico producto con apalancamiento son los CFDs o contratos por diferencia. Así, por ejemplo, podrías invertir 1.000 € en CFDs referenciados a acciones de Telefónica, pero que realmente representen una inversión de 5.000 €.

De este modo, tus ganancias o pérdidas se calculan como si efectivamente invirtieses esos 5.000 €. Por tanto, el potencial de ganancia o de pérdida es mucho mayor que con inversiones no apalancadas.

Así, si las acciones bajan un 10%, tu inversión valdría 4.500 €. Sin embargo, respecto de tu inversión real, la pérdida sería del 50%, ya que te quedarías tan solo con 500 €. Por tanto, esto es muy peligroso en el caso de pérdidas, ya que podrías perder todo o gran parte del capital invertido con relativa rapidez.

Otros productos en los que se puede utilizar el apalancamiento son las opciones o la inversión en Forex, entre otros.

E. Riesgo por sobreoperar

El hecho de realizar demasiadas operaciones de compra y venta en el mercado suele arrojar un balance negativo en el medio y largo plazo.

De este modo, prácticas como el day trading, el scalping y otras similares exigen una experiencia y un control psicológico que no suelen estar al alcance de los principiantes. Además, a esto se suman los elevados costes en comisiones que suelen acarrear este tipo de estrategias.

De hecho, se calcula que en torno al 80% de los inversores intradía pierden dinero y apenas un 1% logra ganancias consistentes a largo plazo.

F. Riesgo de liquidez

El riesgo de liquidez se refiere a la dificultad (o incluso imposibilidad) de transformar tus inversiones en dinero líquido en el momento que lo desees. Es decir, se trata del riesgo de no encontrar contrapartida para recomprar tus acciones cuando quieras venderlas.

Este factor de riesgo está directamente vinculado con el tamaño de la empresa y el volumen de negociación de sus acciones en bolsa, aunque también puede venir influenciado por factores que afecten al mercado en su conjunto.

Así, por ejemplo, suele ser más difícil encontrar contrapartida para empresas con baja capitalización bursátil, como small caps o micro caps, que para las de gran capitalización, sobre todo en determinados momentos del mercado.

Aunque este riesgo es casi siempre específico, podría haber casos extraordinarios en los que, por motivos macroeconónimos, llegase a disminuir la liquidez de todo el mercado, debiéndose entonces considerar como riesgo sistemático.

No obstante, este es un supuesto muy poco habitual.

 ¿Cómo controlar los riesgos de invertir en la bolsa?

Las principales formas de minimizar los riesgos de invertir en bolsa son las siguientes:

  • Diversificar: sin duda, es la mejor forma de beneficiarse de la rentabilidad de la inversión en acciones, manteniendo los riesgos bajo control. De este modo, es aconsejable diversificar por mercados y zonas geográficas, por divisas, por sectores y por empresas. Una buena opción para llevarlo a cabo de forma sencilla y barata es invertir en ETFs o fondos indexados.
  • Invertir el capital que no se necesite a corto plazo: sin duda, esta es la mejor forma de evitar la necesidad de cerrar una operación antes de tiempo porque se necesite el dinero para otra finalidad. Por tanto, si no quieres sobreoperar ni desaprovechar oportunidades, invierte solo aquellos fondos que no vayas a necesitar en los próximos meses o años.
  • Invertir según el perfil de riesgo: deberías estructurar tu cartera de inversión en función de cuál sea tu situación personal, laboral y familiar, así como tu tolerancia intrínseca al riesgo.
  • Formarse: desde luego, cuanto mayores sean tus conocimientos sobre bolsa e inversión, más probable es que elijas acertadamente tus inversiones y que gestiones el riesgo de forma adecuada.

Si tienes en cuenta estos cuatro aspectos esenciales, será más probable que puedas aprovechar los beneficios de la inversión en acciones, manteniendo bajo control los riesgos que antes mencionamos.

 ¿Y cuáles son los beneficios de invertir en la bolsa?

Las principales ventajas que puede aportarte la inversión en bolsa son las siguientes:

  • Rentabilidad: las acciones son uno de los activos con mayor potencial de rentabilidad. Así lo han demostrado a lo largo de muchas décadas, en distintos mercados. Por ejemplo, el índice de renta variable más conocido de Estados Unidos, el S&P 500, ha tenido un rendimiento superior al 8% anual de media durante el último siglo. Aunque no lleguen a alcanzar las enormes rentabilidades de las criptomonedas, siguen siendo muy atractivas.
  • Diversificación: como acabamos de mencionar, una buena cartera es una cartera diversificada en activos, mercados, áreas geográficas, divisas, etc. Por tanto, no deberías prescindir de las acciones si quieres conseguir un buen equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Otros activos que podrían estar presentes en tu cartera son los bonos, los activos inmobiliarios, las criptomonedas, el oro y otras materias primas, el whisky, etc.
  • Protección frente a la inflación: sin duda, las acciones pueden ser un buen activo para disminuir el efecto negativo de la inflación, ya que las empresas suelen trasladar las subidas de precio a los productos o servicios que comercializan.
  • Posibilidad de generar ingresos pasivos: además de las posibles ganancias por revalorización, muchas acciones permiten obtener ingresos pasivos a través del reparto de dividendos. Si te interesa esta opción, te animo a echarle un vistazo a mi membresía de dividendos.

Por tanto, estos potenciales beneficios compensan sobradamente los riesgos de comprar acciones, siempre y cuando estos se gestionen de forma adecuada.

 [Conclusión] Un tipo de inversión en la bolsa que merece la pena

En definitiva, a pesar de todos los riesgos de invertir en bolsa, se trata de un tipo de activos que realmente deberían estar presentes en tu cartera, siempre que encajen con tu perfil y situación.

De hecho, los riesgos reales probablemente son menores de lo que piensas, siempre que inviertas a través de una estrategia probada, construyas una cartera bien diversificada y evites los errores más graves.

Además, como te comentaba al inicio, cualquier activo conlleva ciertos riesgos, incluso el dinero en efectivo. De hecho, mantener el efectivo en cuentas o depósitos bancarios suele conllevar una clara pérdida de poder adquisitivo por efecto de la inflación.