¿Resistirá el DF el estancamiento económico de 2015 y 2016?
Recientemente, el secretario de Hacienda Luis Videgaray, dio una noticia que, por otro lado, ya era de conocimiento de todos: la caída internacional del precio del petróleo nos ha condenado una vez más a un crecimiento mínimo en 2015 y crea n escenario aún más preocupante para 2016.
Los planes de austeridad, por supuesto, están a la orden del día y los anuncios de recortes presupuestales no se han hecho esperar. Ahora es el momento para las administraciones de todo el país de poner en marcha planes para resistir el duro golpe.
El secretario de Finanzas del Distrito Federal, Edgar Amador, explicó en entrevista para El Universal que el gobierno de la ciudad se alista a usar el Fondo de Estabilización, que para el año que entra podría ascender a 15 mil millones de pesos.
El fondo fue creado en 2014 tras una modificación a la Ley de Presupuesto y Gasto Eficiente con la intención de contar con dinero extra para la inversión en obras públicas y mejoramiento de la ciudad. Sin embargo, el funcionario no descarta que parte de ese dinero sea utilizado para soportar los recortes, que con seguridad serán todavía más severos para el año que entra.
«Si el siguiente año hay una situación complicada debido a que los precios del petróleo están muy bajos, una parte de los proyectos de infraestructura de la ciudad se podrían negociar con este fondo de ahorro».
El secretario de Finanzas local ha dicho que los programas de interés social permanecerán sin recortes:
«No se tocarán los programas sociales como adultos mayores, apoyo a educación, a población vulnerable, subsidios al agua, esos no se tocan y tampoco rubros prioritarios de operación y mantenimiento como metro, iluminación».
Con todo, si el GDF desea realmente mantener esta promesa en pie, el esfuerzo será monumental. Aunado al mantenimiento de los programas sociales, la administración debería estar pensando en implementar planes de emergencia de apoyo a la industria local, particularmente a las pequeñas y medianas empresas, que podrían ver un panorama oscuro en el contexto del estancamiento económico y que serán, por otro lado, la única esperanza de la economía. Mientras la inversión extrajera falte por el caso petrolero, la única apuesta posible es el fortalecimiento de las compras y ventas a nivel local.
Resta, por supuesto, que se garantice la seguridad del fondo, que en tiempos de escasez (y en temporada electoral) podría convertirse en una gran tentación para no pocos funcionarios. La ley prevé que al menos el 40% de este dinero se destine a proyectos de infraestructura, el 25% a proyectos ambientales y hasta el 35% para proyectos de infraestructura delegacional.
De acuerdo con la calificadora Fitch Ratings, el DF será la única ciudad del país con estabilidad financiera debido al respaldo de este fondo, que recoge los remanentes del gasto público en diversos campos.
El fondo podría servir para hacer proyecciones más optimistas, aunque nada es seguro. Si surgen gastos imprevistos, como resultaron ser los daños en la línea 12 del metro, ¿qué pasará?, ¿para cuántas emergencias estamos preparados en esta, la ciudad de lo imprevisible?
En todo caso, los ciudadanos deberemos estar también preparados para recibir uno de los golpes más fuertes a nuestra economía en los últimos años. Ni la reforma energética ni la financiera serán las grandes esperanzas que prometían.
El gobierno de la ciudad debería pensar de manera quizá más ambiciosa y no considerar el fondo como un salvavidas para emergencias, sino como dinero que podría invertir en proyectos productivos. De otra manera, este ahorro, que es nuestro, se nos irá de las manos tan rápido como llegó.
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