Los residentes de las regiones del este de Ucrania controladas por rebeldes celebraron elecciones el domingo para designar a sus legisladores y gobernantes, en unos comicios condenados con firmeza por la comunidad internacional.

La votación en la principal ciudad rebelde, Donetsk, se celebraron el domingo con la presencia de hombres armados en los tres centros de votación visitados por la Associated Press.

Pese al alto el fuego firmado en septiembre, los combates continúan casi a diario entre las tropas del gobierno y las fuerzas rebeldes en la zona.

Los organizadores de las elecciones las han presentado como un avance decisivo en la escisión de las regiones rusófonas para liberarse del gobierno ucraniano. En torno a la mitad del territorio en esas zonas está en poder de las fuerzas separatistas.

Rusia respaldó la votación, mientras que Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos indicaron que viola la constitución ucraniana y los términos del alto el fuego. El acuerdo, firmado por autoridades ucranianas y rusas y líderes rebeldes, plantea la celebración de elecciones locales en toda la zona este, pero bajo la ley ucraniana.

Alexander Zajarchenko, cuya victoria como líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk se daba por hecho, dijo el domingo que esperaba que la votación llevara paz a una región donde 4.000 personas murieron en combates.

«Si nos reconocen y devuelven la tierra que hemos perdido sin presentar batalla, entonces restableceremos los lazos económicos normales (con Ucrania) y viviremos como socios económicos iguales», dijo Zajarchenko, lidera el gobierno local desde primeros de agosto.

La víspera de los comicios se registró un aumento de las hostilidades en torno a Donetsk, pero el domingo había pocos indicios de enfrentamientos.

No estaba claro cuánta gente podría votar, ya que las autoridades rebeldes dijeron no haber tenido acceso al censo electoral ucraniano.

La asistencia parecía ser escasa, debido en parte al limitado número de centros de votación disponibles. Más de 200 personas hacían cola ante un colegio electoral en el este de Donetsk.

Lyubov Jatsko, de 55 años y que acudió a votar desde la localidad de Marinka, al oeste de Donetsk, se lamentó por la continuada inestabilidad de su tierra natal.

«Tenemos derecho a tener nuestras propias elecciones, a nuestra libertad y a vivir como queremos. Queremos que los ucranianos se vayan de aquí», dijo, hablando en ucraniano.