¿Qué tener en cuenta al elegir las zapatillas para correr

¿Qué tener en cuenta al elegir las zapatillas para correr?

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¿Qué tener en cuenta al elegir las zapatillas para correr?

El calzado es el aspecto más importante de la indumentaria de un runner. Acá una guía para tomar la decisión adecuada sin apresurarse.

No hay nada más lindo para un corredor que un par de zapatillas nuevas. Pero además del placer, lo que está en juego es el rendimiento y la salud. La zapatilla correcta nos permitirá correr mejor y sin lesiones. Por eso es importante tomarse muy en serio la elección de cada par.

Un par de zapatillas de running de buena calidad no es algo barato tampoco, por lo cual también es fundamental elegir aquel modelo que vamos a poder usar plenamente desde la compra hasta que ya cumpla su ciclo. Una buena guía para no equivocarse incluye varios puntos que podemos enumerar.

¿Que tener en cuenta para comprar zapatillas de running?

1 – Sobre qué clase de superficie vamos a entrenar

No todos los corredores corren en las mismas superficies. Algunos entrenan en asfalto, otros entrenan en cemento, otros en tierra y otros sobre terrenos con piedras o incluso con arena. Si nuestro lugar en la ciudad, se necesita un tipo de calzado, pero si nuestras salidas son en el campo o en la montaña, lo que tenemos bajo nuestros pies será lo que nos indique que zapatillas necesitamos. La dureza de la suela, el agarre, la resistencia. Por ahí empieza la elección.

2 – El tipo de entrenamiento que vamos a realizar

Un maratonista no necesita el mismo tipo de calzado que un velocista. Alguien que corre más de 100 kilómetros por semana no precisa lo mismo que alguien que corre 40 kilómetros. Cuánto más se le exija al calzado y al cuerpo, más importante es que el calzado proteja al pie de ese impacto que supera el promedio de 10 kilómetros diarios. Alguien que corra distancias cortas a mayor velocidad, tendrá necesariamente una forma de correr diferente y el calzado debe ser acorde a eso.

Aunque lo ideal es tener un par de zapatillas para los entrenamientos rápidos y breves y otro para los fondos largos con distancias grandes, por razones de presupuesto un corredor deberá elegir un par que sirva para las dos cosas.

3 – El tipo de pisada y la clase de zancada

Las pisadas de los corredores pueden dividirse en tres tipos y todos los matices entre ellos. La pisada más común y también la más eficiente es la pisada neutra, donde todo el peso del cuerpo se apoya sobre la superficie central del pie. Luego está la pisada pronadora, que también es bastante habitual. Estamos hablando de la rotación del pie hacia el interior al pisar. Y finalmente, y la más rara, es la pisada supinadora, que es la contraria a la pronadora, es decir que el pie rota hacia el exterior al pisar.

Un estudio de pisada profesional o la simple observación del desgaste de nuestro calzado nos dirá que clase de pisada tenemos. Allí se puede elegir el mejor calzado. También muchos corredores usan plantillas adecuadas para su pisada y forma de pie. En caso de usarlas, recordar siempre, sin excepción, llevar las plantillas a la hora de elegir el calzado.

La zancada también es clave. A veces un corredor elige un modelo porque lo usan los corredores profesionales sin tomar en cuenta que la zancada de ellos es diferente. Una zancada corta, un corredor que aterriza con el talón no podrá aprovechar ciertos modelos de zapatillas, incluso le resultarán contraproducentes. Cada corredor tiene que encontrar su zapatilla ideal y esta varía de una persona a otra.

4 – El peso de cada corredor

Hay corredores que pesan 50 kilos y otros que pesan 100 kilos, es más que evidente que el peso será un factor muy importante para el tipo de calzado que se va a usar. La amortiguación necesaria varía según ese peso. Un corredor de 60 kilos puede usar zapatillas con una suela minimalista, pero si se pesa veinte o treinta kilos más, se precisa otro tipo de producto.

Por otro lado, una zapatillas de más de 300 gramos de peso puede ser pesada para un corredor liviano, pero resultará la ideal para alguien más robusto, porque le traerá más beneficios que problemas a la hora de entrenar. La fórmula es bastante simple: a mayor peso del corredor, mayor amortiguación será necesaria.

Un corredor liviano es aquel que pesa hasta 60 kilos. Una corredora liviana es aquella que pesa hasta 50 kilos. De ahí para arriba se va buscando ese balance entre peso y amortiguación para evitar lesiones y también para aumentar el rendimiento. El calzado adecuado evita lesiones, el inadecuado puede producirlas, nunca olvidar esto.

5 – Asesorarse y elegir con cuidado el calzado

En las tiendas especializadas suele haber gente que sabe de zapatillas, pero si no es así, lo que se debe hacer es buscar en internet los muchos lugares donde expertos analizan y describen cada modelo. Con esa información se debe hacer la compra. La estética no tiene ninguna relevancia, aunque todos amamos las zapatillas bonitas, si estas no son las que necesitamos, no debemos elegirlas.

Al momento de la compra hay que tomarse todo el tiempo necesario. Probar las dos zapatillas, caminar con ellas y, de ser posible, probarlas en una cinta o practicar unos pasos rápidos en el local. Atar los cordones para ver si el empeine no es muy apretado, dejar al menos un centímetro por delante de los dedos del pie y la punta de la zapatillas.

No olvidarse llevar las plantillas si las usamos. No hay que apurarse, hay que estar seguro de todo lo mencionado antes de finalmente decidirse por un modelo. Una vez hecha la compra, sólo resta disfrutar.

*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.