No son pocas las veces que estamos expuestos a estafas en internet, o que intentan robarnos la cuenta bancaria a través de un SMS o una llamada que parece ser de nuestro banco. Normalmente, cuando pasan estas cosas, hacemos una captura de pantalla y creemos que con eso podemos demostrar lo que nos acaba de pasar en caso de llegar a ser perjudicados. La realidad es que lamentablemente eso sirve de poco.

En internet, lo que hoy es una prueba irrefutable, mañana puede ser borrado, editado o negado por su autor. Esto ya habla por sí solo y demuestra que confiar en un pantallazo de poco sirve, sobre todo porque hoy en día puede ser manipulado en Photoshop o con otras herramientas muy fáciles de manejar. Y ahí es donde entran en juego los testigos online.

¿Por qué no sirve una captura de pantalla?

Según los datos más recientes del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), la situación en España se está complicando. Solo en 2024 se gestionaron más de 97 000 incidentes de ciberseguridad, lo que supone un aumento del 16,6 % respecto al año anterior. La estadística es escalofriante, y a uno de cada tres usuarios se le ha intentado estafar con campañas de phishing (fraude por email), vishing (llamadas falsas) o smishing (SMS maliciosos).

Ante esta avalancha de delitos digitales, que además son cada vez más sofisticados, la justicia requiere certezas, no capturas de pantalla que ni siquiera muchas de ellas ofrecen un mínimo de resolución. Aquí aparece la figura del testigo online, que como su propio nombre indica, no es una persona física, sino una herramienta tecnológica que actúa como un notario digital.

A diferencia de una captura de pantalla al uso, que es meramente una foto de lo que muestra tu monitor o tu móvil, un testigo online genera una prueba técnica que sí sirve. Su función es certificar el contenido de una página web, una publicación en redes sociales o un correo electrónico en un momento exacto. Lo hace incorporando dos elementos clave que un pantallazo no tiene:

1. Firma digital: Garantiza que el archivo no ha sido modificado desde su creación.
2. Certifica de manera inalterable la fecha y la hora exacta en la que ese contenido existía.

En España, la validez de estas pruebas es muy alta. Aunque en un juicio la fuerza probatoria final siempre dependerá de la cadena de custodia y, a veces, del apoyo de un perito, presentar un certificado digital de un tercero de confianza es infinitamente más potente que presentar una foto impresa.

Usos prácticos de los testigos online

Estas herramientas se han vuelto cruciales para que el usuario medio pueda defenderse de un problema de seguridad que le pueda surgir. Los expertos, como la OCU, recomiendan su uso en varios escenarios específicos:

• Problemas en redes sociales: En caso de que seas víctima de suplantación de identidad, injurias, calumnias o amenazas en plataformas como X, Instagram, Facebook o cualquier otra. El acosador suele borrar el mensaje a los pocos minutos para eliminar las pruebas, pero el testigo online congela esa prueba legalmente antes de que desaparezca.
• Derecho al honor y la imagen: Es fundamental para certificar el uso indebido de tus fotografías o vídeos privados que se han filtrado o publicado sin tu consentimiento.
• Reclamaciones de consumo: Certificar la URL de la oferta en el momento de la compra es tu seguro de vida para reclamar después.
• Comunicaciones legales: Para demostrar que enviaste un correo importante (una baja de servicio, una reclamación formal o una notificación contractual) y certificar no solo el envío, sino el contenido exacto del mensaje y sus adjuntos.

Cómo hacer que un correo o una web sea una prueba legal

Lo mejor de esta tecnología es que se ha democratizado y ahora puedes hacerlo tú mismo en unos segundos, con herramientas como eGarante o Safe Stamper, que automatizan este proceso (algunas con opciones gratuitas limitadas y otras de pago para usos más avanzados).