
¿Qué pasó el 10 de agosto de 1809 en Ecuador?
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Hace 216 años, un grupo de criollos quiteños depuso a las autoridades coloniales y formó la Junta Soberana de Gobierno, encendiendo la chispa libertaria en América Latina.
La fecha conmemora uno de los capítulos más importantes en la historia del Ecuador: el Primer Grito de Independencia.
Aquel jueves 10 de agosto de 1809, un grupo de criollos quiteños depuso al presidente de la Real Audiencia de Quito, Manuel Urriés, conde de Ruiz de Castilla, y estableció la Junta Soberana de Gobierno.
El movimiento no surgió de la nada. Desde finales de 1808, en medio de la crisis política española por la abdicación de Carlos IV y Fernando VII a favor de José Bonaparte, las ideas libertarias, influenciadas por la Ilustración y las revoluciones estadounidense y francesa, habían calado entre intelectuales y dirigentes quiteños como Eugenio Espejo, Juan Pío Montúfar y Juan de Dios Morales.
Del “Complot de Navidad” al amanecer del 10 de Agosto
El 25 de diciembre de 1808, en la hacienda El Obraje, en el Valle de los Chillos, se acordó por primera vez formar una Junta de Gobierno.
Pese a que en marzo de 1809 algunos líderes fueron arrestados, las conspiraciones continuaron.
La noche del 9 de agosto, en la casa de Manuela Cañizares, se definieron los pasos para tomar el Palacio de Carondelet. Ante las dudas de algunos presentes, Cañizares lanzó su célebre arenga:
“¡Cobardes, hombres nacidos para la servidumbre! ¿De qué tenéis miedo? ¡No hay tiempo que perder!”.
Al amanecer del día siguiente, 177 soldados al mando del coronel Juan de Salinas se sumaron a la revuelta.
El doctor Antonio Ante entregó al conde Ruiz de Castilla el oficio que lo relevaba de sus funciones. La plaza mayor se llenó de campanas, vítores y música marcial.
Ese mismo día, la Junta Soberana juró lealtad a Fernando VII y desconoció a José Bonaparte, en lo que muchos historiadores consideran una estrategia -la llamada “Máscara de Fernando VII”- para iniciar el camino hacia la independencia.
Composición de la Junta
El cuerpo colegiado estuvo presidido por Juan Pío Montúfar; el obispo José Cuero y Caicedo fue vicepresidente, y como ministros participaron Juan de Dios Morales (Negocios Exteriores y Guerra), Manuel Quiroga (Gracia y Justicia) y Juan de Larrea (Hacienda).
También se creó un senado -antecedente de la actual Corte Nacional de Justicia- para administrar justicia.
La represión y la masacre del 2 de Agosto de 1810
El levantamiento no tardó en ser sofocado. Guayaquil, Cuenca, Bogotá y Lima enviaron tropas contra Quito, que quedó sitiada en octubre de 1809.
El marqués de Selva Alegre abandonó el poder y la Junta devolvió la presidencia a Ruiz de Castilla, quien prometió no perseguir a los próceres, pero incumplió.
El 2 de agosto de 1810, un intento de liberación de los patriotas presos derivó en una matanza: más de 300 personas fueron asesinadas en el cuartel y en las calles por las tropas realistas.
Entre las víctimas estuvieron Juan de Dios Morales, Juan Salinas, Manuel Rodríguez de Quiroga y otros protagonistas de la revolución.
El legado: Quito, “Luz de América”
El sacrificio de 1809 encendió el espíritu libertario en la región. En 1812, la segunda Junta de Gobierno proclamó el Estado Libre de Quito, aunque la independencia definitiva llegaría años después, con la Independencia de Guayaquil (9 de octubre de 1820) y la Batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822).
El apelativo “Luz de América” fue popularizado por el sacerdote chileno Camilo Henríquez, quien difundió la noticia de la masacre y exaltó a Quito como precursora de la independencia en Sudamérica.
El Libertador Simón Bolívar también reconoció su papel en el Manifiesto a las naciones del mundo de 1814.