Puertorriqueños recurren a métodos caseros ante avance del chikungunya

Los puertorriqueños recurren cada vez más a métodos caseros ante el imparable avance del chikungunya en la isla caribeña, recetas botánicas con efecto terapéutico discutible pero que han calado entre parte de la población local como remedio contra el virus.

Desde que en mayo se detectaron los primeros casos de chikunguña en la isla y sobre todo a raíz de que en julio se declarara el estado de epidemia a causa de este virus, que se transmite por la picadura de mosquitos, se empezó a echar mano de métodos que muchos recuerdan que eran utilizados por sus abuelas.

«Me vienen pidiendo remedios para el chikunguña. Hay quienes quieren soluciones a los dolores porque dicen que en los hospitales no les dan nada y también quienes ven cómo se propaga y buscan métodos para no contagiarse», explica a Efe Nitza Rosario, dueña de la Botánica La Poderosa.

Con los últimos datos disponibles al pasado 26 de agosto, en Puerto Rico se han detectado al menos 6.277 casos, de los que 2.003 tienen la doble confirmación de los centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en EEUU, aunque se cree que en realidad en la isla se han producido muchos más casos, en ocasiones confundiéndolos con el dengue.

Según explica Rosario desde la puerta de su modesto negocio del barrio de Río Piedras (uno de los más afectados de San Juan), la rápida propagación del chikunguña, para el que no existe vacuna ni tratamiento, se está viendo reflejada cada día con más fuerza en la demanda de alternativas a la medicina convencional que recibe de sus clientes.

Cuenta que ante las peticiones de sus clientes propone como remedios el «alcoholado» y el «repelente», dos soluciones que, según dice, requieren de gran elaboración.

El «alcoholado» es un calmante natural a base de alcohol, savia, menta, eucalipto, albahaca y malagueta. Para hacer su repelente casero se añade a esos ingredientes vinagre de manzana y citronela.

«Se ha notado especialmente el aumento en la demanda de canela y malagueta, que se añaden al té de mango verde», cuenta sobre la infusión que a nivel popular ha ganado más adeptos entre los puertorriqueños para combatir un virus que hasta hace menos de un año era desconocido en América y que ahora se propaga como la pólvora por el Caribe y parte de Latinoamérica.

Otro de los negocios que ha visto aumentar su actividad a consecuencia del incremento del virus es el Colmado el Rey, también en Río Piedras, cuya dueña, la dominicana Carmen Grullón, explicó a Efe que la malagueta y la canela son, sin duda, los productos más demandados por los puertorriqueños para combatir el virus.

«La gente compra malagueta y canela para preparar té de mango», explica la propietaria del negocio, que aclara que entre sus clientes hay tanto puertorriqueños como dominicanos.

«A mi esposo le dio el chikunguña y el té le calmaba el dolor», asegura Grullón sobre la efectividad de la infusión, uno de los métodos caseros más populares.

La dueña del Colmado El Rey afirma que existe además una «pastilla dominicana» que alivia los efectos del chikunguña, aunque reconoce que no la vende en su establecimiento ni tiene conocimiento exacto de los ingredientes.

La investigadora y especialista en botánica María Benedetti confirmó a Efe que con motivo de la propagación del virus se está prestando progresivamente más atención a los beneficios de las plantas medicinales para tratar todo tipo de dolencias.

Benedetti apunta entre las prácticas tradicionales que complementan los tratamientos médicos para aliviar los efectos del chikunguña una receta que resulta de machacar ajo crudo con hojas de plantas antivirales (orégano, romero, albahaca, mejorada, recado) hasta conseguir una pasta verde.

La investigadora define como «mojito picante» a esa mezcla, que asegura era utilizada hace muchos años para combatir virus parecidos al chikunguña y evitar la aparición de parásitos intestinales.

Benedetti propone también para repeler a los mosquitos usar el vaho que resulta de cocer malagueta, anamú, poleo y canela, a lo que añade rociar las viviendas de aceites compuestos de citronela, menta, limón, eucalipto o geranio.

La propagación del chikunguña en la isla preocupa a las autoridades, que impulsan campañas de fumigación y de comunicación.

Esta misma semana, la oposición legislativa reclamó al Gobierno que implante un plan para proteger a los escolares, ya que, en palabras del legislador Ángel Martínez, el asunto ha creado pánico entre padres, estudiantes y docentes por la falta de atención del Ejecutivo.