Los cambios que ha experimentado el mercado laboral durante los últimos meses ha provocado que hayan surgido una serie de dudas que años atrás ni se planteaban. Una de ellas tiene que ver con el teletrabajo y, concretamente, con la posibilidad de trabajar desde un lugar que no es el habitual durante la mayoría de los meses del año. Un escenario con el que nos solemos encontrar cuando llegan los meses de verano, por ejemplo, y buscamos alargar nuestra estancia en la segunda residencia mientras continuamos trabajando con normalidad, como lo haríamos desde nuestro hogar.

Una fórmula que suscita una serie de dudas, la más habitual: si existe la necesidad de avisar a nuestro empleador. Y, en caso de no hacerlo, cuáles son las consecuencias a las que nos podríamos enfrentar.

Lo que dice la ley

En España, todo lo relativo al trabajo a distancia queda recogido en la Ley 10/2021. En ella, se establece una diferenciación entre el teletrabajo y trabajo a distancia. El teletrabajo es “aquel trabajo a distancia que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación”.

Mientras que el trabajo a distancia se define como la “forma de organización del trabajo o de realización de la actividad laboral conforme a la cual esta se presta en el domicilio de la persona trabajadora o en el lugar elegido por esta, durante toda su jornada o parte de ella, con carácter regular”.

Según afirman desde el Huffington Post, el teletrabajo tiene un carácter temporal y está asociado a periodos, por ejemplo, como la época estival. En la que las empresas son más flexibles para favorecer la conciliación laboral. Mientras que el trabajo a distancia tiene un carácter continuista y está pensado principalmente para que el trabajador desarrolle su actividad durante todo el año desde cualquier ubicación fuera de las instalaciones de la empresa, en el caso de que las tuviera. Entonces, ¿puedo desplazarme libremente sin necesidad de avisar?

Sentencias previas

Siguiendo con la misma información publicada por el medio ya citado, los casos que han llegado a la Justicia han terminado dando la razón al empleador en su gran mayoría cuando se ha tenido que dictar sentencia en torno si el trabajador debe, o no, comunicar sus cambios de residencia.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, incluso, llegó a considerar procedente el despido de un empleado que había cambiado de domicilio sin avisar a su empleador. La empresa alegaba que dicho trabajador no tenía una buena conexión a internet desde su nueva residencia.

Para evitar problemas y no sufrir situaciones como la mencionada, lo mejor que podemos hacer como trabajadores es avisar siempre a nuestro empleador sobre posibles cambios de domicilio que realicemos, incluso si estos son temporales. Además, siempre es recomendable realizar dicha modificación de forma escrita para que exista un documento en el que apoyarse en el caso de que tengamos algún problema en el futuro.

Antes de realizar el cambio, debemos asegurar que nuestra nueva residencia contará con todos los suministros que son necesarios para el correcto desempeño de nuestra actividad laboral, como es el caso de una buena conexión a internet.