Tokio 2020: hablar ahora o callar para siempre

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Por: Andrés Luna Montalvo.

“Quéjense menos, hagan más y no lloren por el mundo, no se detiene por nadie. Si quieres algo, anda y búscalo”, el consejo, dedicado a los deportistas, es de Marlon “Chito” Vera, la estrella ecuatoriana de la Ultimate Fighting Championship (UFC), la multimillonaria empresa de artes marciales mixtas. El mensaje, inspirador, no lo fue en el contexto en el que Vera lo piensa y lo escribe.

Un consejo a los deportistas—-> quéjense menos hagan más y no lloren el mundo no se detiene por nadie. Si quieres algo anda y búscalo.

— C H🖕🏽T O🇪🇨V E R A (@chitoveraUFC) August 6, 2021

La dirigencia deportiva y las autoridades gubernamentales fueron arrojadas a las fauces de la opinión pública el pasado 24 de julio, cuando Richard Carapaz, tras ganar la Medalla de Oro en la prueba de Ciclismo en Ruta, reconoció que es un deportista “que ha salido casi sin el apoyo del país”. “Richie”, fiel a su estilo, instauró un debate en la sociedad acerca de cómo se construyen las estrellas del deporte en Ecuador, y el saldo está en rojo.

En una entrevista que Neisi Dajomes le concedió a la también atleta Marizol Landázuri, la medallista de oro en halterofilia habló sobre la presea de plata obtenida por su compañera Tamara Salazar: “A pesar de todo lo que ha tenido que pasar y de todo lo que le han quitado, se ha mantenido en pie, quizás no con las cosas que ella se merecía como deportista y como persona. Pese a todas esas trabas, ella ha podido salir. ¡La felicito mi negra y vamos para adelante!”, decía Dajomes, mientras desbordaban felicidad con la relevista. Eran declaraciones espontáneas de quienes llegan no gracias a sus Federaciones, sino a pesar de ellas.

Angie Palacios es la hermana de Neisi, pide un “equipo multidisciplinario” para superar su sexto lugar de Tokio y pensar una medalla en Paris 2024, “los otros países van a la guerra bien preparados”, cuenta. También “queremos que se nos sume Walter Llerena”, su entrenador desde la infancia, que, a decir de él mismo, no pudo viajar a Tokio porque el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) “prefirió llevar a dirigentes y amigos”. “Esta medalla es una respuesta de Neisi al maltrato y la manipulación de la Federación Ecuatoriana de Levantamiento de Pesas. La quisieron llevar a Guayaquil a entrenar y la obligaban a cambiar de entrenador. Ella no se dejó”, disparó Llerena desde Ecuador, donde recibía todas las felicitaciones y la gratitud de sus pupilas.

Así como “el Chito”, varios usuarios de redes sociales calificaron a estas demandas como inoportunas, “No es el momento para quejarse sino para celebrar”, les sugerían algunos. Los atletas tienen la atención de los medios y las redes sociales cuando consiguen un premio, se vive una luna de miel donde hasta sobran las llamadas, mensajes y entrevistas. Luego el interés por ellos se pierde, vuelven a sus gimnasios a trabajar en silencio hasta que alguna historia personal o información amarillista nuevamente los reclama, antes de pasar otra vez al olvido.

Es por eso que este es su periodo de desahogo, ahora que los micrófonos rodean sus rostros y los internautas discuten sobre ellos mientras recién los van conociendo. Es su momento de brillar y demandar, reclamar lo que les corresponde y asegurarse parte su futuro. Desde el Siglo XVI, la liturgia matrimonial conserva una breve pero decisiva frase que da la oportunidad de oponerse a la unión entre dos partes antes de que se consume. Igual que con los deportistas ahora, previo a un nuevo ciclo olímpico, “quien tenga algo que decir, que hable ahora o calle para siempre”.

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