poema ciudad quito fiestas

Poemas a Quito en sus Fiestas

Poemas a Quito. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

quito

«Quito luz de América», «Carita de Dios», Edén de Maravillas»; son algunas frases utilizadas por poetas a lo largo del tiempo, para describir la belleza de nuestra ciudad capital. A continuación compartimos algunos poemas utilizados frecuentemente por niños, estudiantes, y quiteños en general; durante fiestas de fundación de la ciudad:

Poemas a Quito #1:

Autor: Flavio Bautista Soto

Descripción: Poema corto para niños y estudiantes de primaria, 4 estrofas:

Tu rostro es semejante a la inmensidad de la luz
En ti dio comienzo la libertad de toda voz
Eres el paraíso donde germinaron las historias
Eres el templo que encumbra las glorias

Cuidad fecunda e impetuosa, desde tu existencia
Generosa Inmortal, briosa por excelencia
No te rindes, no te asustas, por que eres la cuna dorada,
De todos los guerreros que hicieron de ti, su morada

Solo desde tus hombros se puede lisonjear el cielo
Desde tu balcón se puede volar sin miedo
Eres semejanza de Dios, que griseas los cierzos
Eres la inspiración y pilar de todos los guerreros

Cuando en las noches las estrellas te atavían de lirios
Es Dios quien te ilumina y te recubre de cirios
Convirtiéndote en manantial y fuente de paz
Por ti batallare, hasta ser sepultado sobre tu faz.

Poema #2

Autor: Danilo Cevallos

Descripción: Poema a Quito Luz de América, 13 estrofas

Si me preguntan quien soy,
Les diré que soy Quiteño,
Nacido en la Loma Grande,
Mama cuchara fue el rezo
de mi primeras palabras,
Y allí de juntaron mis viejos
el calor de dos barriadas,

Mi padre nació en la Tola,
fue como ella bullanguero,
y mi madre de San Juan,
tenia el espíritu quieto,
como esos amaneceres
que en el Pichincha despliegan
sus grasas de verdes lomas
por las tranquilas laderas,

Me bautizaron con sal,
y supe después de grande
que fue comprada en San Blas,
y regaron mi cabeza
con agüita del Machangara
traída de cierto modo
por un indio capariche
y bendecida después
en la capilla del Robo

El pregón me enseño silbos,
Con el Ichimbia de escuela
aprendí la linea recta
donde giran las cometas
y la geografía del bosque
con sus cañadas secretas,

Ya de grande el San Juanito
se fue conmigo de fiesta,
y con el entre en la Ronda
y una noche caminera
en que sonaban las guitarras
allá por la Magdalena,

Anduve por los desfiles
con el puño hecho de piedra,
grite abajo los tiranos
con la juerga compañera
y se me clavo en la sangre
con la fuerza de una espuela,

un pueblo que aplasta fuerte
a la ruindad traicionera,
y que alzan sus pedestales
cuando desfilan los hombres
que le colgaron las estrellas
y cuando pasan los héroes
que en el Pichincha elevaron
con su sangre una bandera
que azota el rostro invasor
celosa de su frontera,

Los jueves Santos fui chulla
con mi ropa dominguera
y deletree en la fanesca
su abecedario de siembra
y en humita fui aprendiendo
lo que el timbushca no enseña
no hay mejor choclo tierno
que el que se dora en la Sierra
ni lo sirve una Quiteña
con ojos de capulies,
con risa de chicha fresca,
hermosa como el Ejido,
gentil como la Alameda,

Por eso hierve en mi sangre
este sentir tan Quiteño,
en mi se cruzan los barrios
como los nervios de un cuerpo,
Me abran sus campanarios
en las puntas de los dedos
y tengo mi Plaza Grande
aquí en el centro del pecho,

Pero hay una cosa amigo,
una verdad y no le duela,
que no he nacido en Quito,
que yo nací en Venezuela,
De allá me mandaron huambra
con un puñado de letras
y aquí aprendí esta verdad
que tanto valor encierra,

Me dirá que no es humano
que lo haya mentido así,
mas hay algo sobrehumano
que ejerce una fuerza en mi,
el alma le tengo aquí
y el corazón en el llano,

No discutamos hermano,
que no hay cariño mejor
que llama al Ecuador
con nombre Venezolano,
Pues nada tiene de extraño
Que yo piense como tu
y tu siempre como yo,
bueno, cholo así ha de ser
si mi vale como no,

Un caracas como Quito
y un Quito igual que Caracas
San Juanitos con maracas,
joropos con rondadores
dos patrias donde hay señores,
lo mejor de nuestra raza!

Poemas a Quito #3

Autor: Juan Bautista Aguirre

Descripción: Poema corto, 2 estrofas:

Tanta hermosura hay en Quito
que dudo, al ver su primor,
si acaso es del cielo flor,
si acaso es del mundo estrella;
es, en fin, ciudad tan bella
que parece en tal hechizo,
que la omnipotencia quiso
dar una señal patente
que asid en el Occidente
el terrenal paraíso.

Esta ciudad primorosa,
manantial de gente amable,
cortés, discreta y afable,
advertida e ingeniosa,
es mi patria venturosa;
pero la siempre importuna
crueldad de mi fortuna,
rompiendo a mi dicha el lazo,
me arrebató del regazo
de esa mi adorada cuna.

Poema #5

Autor: Donaciano Bueno

Descripción: Poema actual de 7 estrofas

¡Quito es tan chiquito!
Quito es un pueblito
muy coqueto y pequeñito,
en sus calles se desliza despacito
o se sube directo al infinito.
¡Quito es un rinconcito rebonito!.

Quito sabe a mango y a papaya,
a frutillas del bosque y a guayaba,
a sabores tropicales sabe Quito,
Quito es un cóctel de frutas exquisito.

Quito baila al ritmo de un pasillo,
suena el estribillo y el alma se impregna de emociones,
de tristeza y de paz los corazones,
mientras, paciente, les observa «el panecillo».

En Quito, limpio y lindo, la espiritualidad se palma,
de sus poros aflora la esencia de su alma,
los místicos recuerdos de sus antepasados,
todas las sensaciones se perciben en su halo.

Quito vive y siente como vive la gente,
amable, dicharachera y siempre sonriente,
en todos los rincones se palpa la cultura y el arte está presente,
el futuro de Quito es claro y limpio como el agua de la fuente.

Quito huele al perfume que desprenden sus múltiples iglesias
haciendo bailar los incensarios
al mismo ritmo que repican las campanas
de sus también innumerables campanarios.

Quito es un trocito
del paraíso terrenal,
para vivir, para pasear, para soñar
Quito es mi sitio favorito.
¡Quito, cómo me gustas, Quito!