Minería legal en el país posee 4.727 títulos habilitantes

Paquisha – Portovelo – Bella Rica

Zumbi es una pequeña ciudad amazónica que duerme poco. Los pitos de los buses suenan y resuenan hasta la una de la mañana, parece que se callan por una hora y media y vuelven a sonar a los 02:30. Al parque, ubicado a una manzana de las orillas del río Zamora llegan casi cada diez minutos las unidades de las cooperativas Loja, Zamora, Nambija, Centinela del Cóndor, Paquisha, Yantzaza y otras. Hay unidades modernas y también tipo chiva.

Como cabecera cantonal de Centinela del Cóndor, en el norte de Zamora Chinchipe, Zumbi tiene no más de diez manzanas de ancho por otras diez de largo. Viven unos 6.000 de los 9.000 habitantes de todo el cantón. Los buses traen y llevan a las cientos o miles de personas dedicadas a la minería en los cerros de Nambija, Congüime y otros que forman parte de la cordillera del Cóndor, cuya mayor parte pertenece a Perú desde 1983.

Desde Zumbi se accede al cantón Paquisha y a gran parte de las zonas auríferas. Por sus calles circulan además volquetas, camiones, camionetas cuatro por cuatro y otros carros de alta gama, que los usan los empresarios mineros. Hay restaurantes, hoteles y decenas de comercios que registran un intenso movimiento.

En el parque, llama la atención ver a parejas jóvenes, no más allá de 20 años y con la mujer que tiene uno o dos hijos. El hombre trabaja en las minas, la mujer lo acompaña.

Zumbi es parte de aquellos pueblos y zonas del Ecuador donde sus habitantes duermen sobre un colchón de oro y otros minerales. O viven del oro. En algunos casos pueden dormir sobre tablas, pero caminan sobre un suelo rico en minerales, aunque la situación económica de muchos de ellos no precisamente es rica. La mayor parte de estos poblados residen en casuchas de tabla.

Hay cantones en Zamora Chinchipe, como Paquisha, Nangaritza, Yantzaza, Centinela del Cóndor y El Pangui, donde la economía gira casi exclusivamente en torno a la minería de todo tipo, legal e ilegal, pequeña, mediana y grande.

En El Oro son conocidos desde hace más de un siglo los yacimientos auríferos de Zaruma, Portovelo y parte de Piñas. En Azuay, Camilo Ponce Enríquez es un cantón netamente minero, sobre todo con su cerro de Bella Rica.

En estas zonas está la mayoría de los 4.727 derechos mineros vigentes, reconocidos por la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), con corte al 1 de agosto de 2019. En estos se incluyen los permisos para extracción de material no metálico, aquel que se usa en la construcción. Por ejemplo, las casi 30 concesiones ubicadas en las canteras de la vía a la costa, en Guayaquil.

En las estribaciones de la cordillera del Cóndor, en Zamora Chinchipe, se asienta la pequeña y mediana minería, pero en gran parte también entran a operar las grandes empresas, como ECSA, que inició sus operaciones a mediados del mes pasado y que prevé una inversión de $ 1.250 millones para extraer cobre.

En Congüime y Congüime Alto, las sociedades mineras (así son reconocidas) operan en el cauce del río o en sus riberas. Extraen material con maquinaria. En cambio, en las estribaciones, como Chinapintza, La Pangui y La Herradura, está ya en la frontera con Perú, las minas están en los cerros. Aquí hay un contraste marcado: mientras en los campamentos de las sociedades mineras hay maquinaria, vehículos y sacos de material mineralizado, los habitantes de los pequeños pueblos viven en casas de madera.

Job Sarango, uno de los fundadores de La Herradura luego del conflicto de 1983 con el Perú, ha sido testigo de la llegada de los inversionistas mineros. Reconoce que el movimiento económico del poblado y de él gira en torno a la minería. Pero la mayoría de obreros vienen de otras provincias.

Las sociedades mineras dejan ver en sus entradas el registro de la Arcom. Según registros de la Cámara Nacional de Minería, en Zamora hay unas 100 operaciones mineras legales, de ellas, 50 pertenecen a ese gremio, que lo conforman cámaras cantonales de 10 localidades del país, con sede en Portovelo.

Mauricio Murillo, síndico de la Cámara, destaca que las exportaciones desde hace algunos años de oro y plata “son netamente de la pequeña minería, que son los titulares mineros ecuatorianos que invierten con capital nacional, con terrenos, equipos, generando empleo nacional y exportando para generar ingreso de divisas para el Ecuador. Solo en regalías, de enero a abril del 2019, estas empresas han entregado al erario nacional $ 41,8 millones como regalías (el 3% de las ventas).

Agrega las compras de insumos, pagos de transporte, ferretería, tiendas, servicios profesionales y más. Murillo aspira a que una vez que la gran minería arranque genere empleo pleno e ingresos al país. Por eso ve importante que siga el combate a la minería ilegal, que según él contamina y no crea estabilidad laboral con trabajo digno.

“Debemos pensar en combatir la pobreza, desarrollar los pueblos mineros, para que tengan trabajo”, afirma. (I)

En Portovelo se procesa el material

La actividad minera metálica en el país tiene sus códigos, su manera de operar, de procesar y vender el producto. Uno de esos es el procesamiento del material mineralizado.

Al hacer la extracción, el material rocoso que tiene impregnado oro, plata o bronce se lo almacena en sacos. Los mineros recogen una cantidad considerable y, por lo general, lo envían casi desde cualquier parte del país a las plantas de beneficio ubicadas en Portovelo, El Oro.

Por eso se conoció que inicialmente hasta el material que se extraían del desmantelado sector minero ilegal de Buenos Aires, en Imbabura, era llevado en camiones hacia Portovelo para su procesamiento. Según un profesional involucrado en la actividad, como esa transportación se hacía de manera irregular, cada dueño de la carga del vehículo repartía coimas de 15.000 dólares por viaje.

Mineros de Zamora Chinchipe y de Bella Rica, en Azuay, dan cuenta que para procesar llevan el material a las plantas de Portovelo. La diferencia, si la operación es legal, ellos obtienen una guía de movilización.

En el cantón orense y sus vecinos Zaruma y Portovelo operan actualmente más del 60% de las 158 plantas autorizadas del país, según Arcom. De estas, 115 son títulos mineros independientes y 43 están dentro de una concesión, señala el ente.

En Portovelo, la mayoría está a un costado del río Amarillo. El material de desecho se lo lleva a una relavera, en la parte alta de una montaña. El agua, según propietarios, pasa por procesos de decantación, pero hay permanentes quejas por supuesta contaminación. Danilo Castillo, presidente de Asociación de Propietarios, no aceptó una entrevista sobre el tema. (I)