El nuevo edificio del Senado de la República, que se encuentra en Paseo de la Reforma 135, inaugurado en 2010, que consta de una torre de 71 metros de altura, un hemiciclo y el pleno, cuyo costo inicial iba a ser de mil 699 millones de pesos, al final de la construcción fue de dos mil 563 millones de pesos y cuatro años después sabemos que su costo asciende a cuatro mil millones de pesos… y todavía tiene fallas.

¿Y porque tanto? Hasta el momento se han gastado cerca de 188 millones de pesos en auditorías externas, asesorías, orientación en materia de fiscalización, supervisores y testigos de transparencia, nada mas y a pesar de todo este dinero invertido, tiene filtraciones de agua, incapacidad de drenaje pluvial, problemas con el sistema de seguridad de circuito cerrado y en los accesos a oficina.

¿Alguna otra falla? ¡Claro! Los elevadores de los tres edificios no tienen la capacidad adecuada y el aire acondicionado presenta deficiencias de control y distribución, lo mas penoso es que gracias a estos contratiempos el edificio del Senado, ni siquiera es propiedad del Senado…

¿Cómo? ¿Por qué? Mientras no sean corregidos los errores, no se concretará la entrega-recepción por parte de Banobras a la constructora Gami, de grupo Indi. Como consta en la información del fideicomiso 1705 de Banobras, se ha pagado 108 millones de pesos a la empresa Servicios y Sistemas Tecnológicos por supervisión de obra; 73.32 millones de pesos al despacho Profesionales en Administración Pública, SC, por una primera auditoria técnica; 2.18 millones de pesos por una auditoría externa financiera al despacho Díaz y Díaz Contadores Públicos, SC, entre otros excesivos pagos de auditorias externas.

Para colmo de males los lectores instalados en las oficinas para que de manera remota los senadores registraran su asistencia, desde la comodidad de su escritorio, nomas no sirve y los sistemas para asegurar los accesos a las mismas, mediante uso de huella digital, clave o tarjeta opera de manera parcial, ya que varios senadores pidieron que se desactivaran, porque se quedaban encerrados, así que no solo los sueldos que cobran nos cuestan mucho, también la sede.

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