¡Le sacaron de un tumor de casi 25 libras!

Su ginecólogo de cabecera le había renunciado a cualquier tipo de operación, ya que Mariana había tenido cuatrocesáreas y tres cirugías por hernias.

Puso su vida en manos de Dios y esperó a que hiciera su obra.

Ella es una mujer de fe y consideró que si conoció a Valarezo debía ser por algo. “Dije: no sé. Lo que Dios quiera. Aquí estoy en tus manos Señor, haz tu voluntad”.

LA CIRUGÍA

“Le dije a mi familia y a mi esposo que si durante la cirugía algo sale mal quiero que lo acepten con amor y piensen que fue la voluntad de Dios. No quiero que vayan a decir que fue culpa del médico, ni negligencia, ni nada. Somos gente de fe”, enfatizó Caiza.

Recuerda que a las nueve de la mañana de ese lunes ingresó a la sala de cirugías y se despertó a las 23:00.

La operación fue extenuante. Las intervenciones anteriores que Mariana había recibido para curar unas hernias le agregaban mayor riesgo, dijo el médico.

“El peligro más grande que teníamos era perforar el intestino al querer sacar las mallas. Y la descompresión brusca al sacar, porque las tumoraciones grandes si nosotros sacamos muy rápido hacen una descompresión brusca del estómago y puede hacer un choque hipovolémico (shockhemorrágico)”, explicó Valarezo.

La cirugía duró cinco horas y media por la complejidad del caso.

En la literatura médica ecuatoriana, indicó Valarezo, solo ha aparecido un caso de un tumor de 23 libras.

Él mismo había operado hace un tiempo uno de 21, pero el de Mariana llegaba a 25 libras, asegura el doctor.

El bulto en el estómago tenía la apariencia de un embarazo gemelar de 40 semanas. Y con la piel y grasa que debieron retirar una vez que le sacaron el tumor, la mujer se libró de, al menos, treinta libras de peso extra, agregó el ginecólogo.

No EXISTE UN PATRÓN

En ginecología, existen tumores benignos y malignos, dependiendo de estos es la frecuencia en edad, explica la doctora Mélida Flor Emén, líder de ginecología del hospital Abel Gilbert Pontón.

En el caso de los tumores de ovarios dijo que no existen factores predisponentes para que se desarrolle alguno.

“No existe un patrón específico. Las pacientes pueden desarrollar tumoraciones en el ovario sin necesidad de tener ningún tipo de antecedente especial. No es una patología que tiene una predisposición marcada”, sostiene la doctora.

Lo que coincide con Valarezo, quien dice que tener un tumor en el ovario es “como una lotería. Son células que empiezan a crecer”.

Los tumores de ovarios más frecuentes son el cistoadenoma, que es tumor benigno y el cistoadenoma carcinoma, que es el tumor maligno, enfatiza Flor.

“Estos tumores son un poquito más frecuentes en la tercera década. Su crecimiento es un poco más rápido que los quistes normales en una edad a partir de los 45 años”, añadió Valarezo.

En el caso del tumor de Mariana es muy raro a su edad.

De acuerdo con los estudios efectuados una vez que sacaron el tumor se realizaron exámenes para determinar su nivel de benignidad, el cual está dentro de los márgenes, refirió el médico.