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Modificar la rutina diaria puede mejorar la longevidad

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Modificar la rutina diaria puede mejorar la longevidad

Cinco hábitos clave para una vida saludable después de los 50, según experto de Mayo Clinic.

Adoptar hábitos saludables no es una prerrogativa de la juventud. A partir de los 50 años, implementar cambios sostenidos en el estilo de vida puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida, la movilidad, la prevención de enfermedades y el bienestar emocional. Para la longevidad se necesita una rutina diaria.

Así lo sostiene Nathan LeBrasseur, director del Centro Robert y Arlene Kogod sobre el Envejecimiento de la Clínica Mayo, cuyas recomendaciones fueron compartidas por El Tiempo de Bogotá el 25 de julio de 2025.

 

Rutina diaria para la longevidad

LeBrasseur, reconocido especialista en procesos de envejecimiento, recalca que la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica del cuerpo.
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“Nunca es tarde para comenzar, y lo que se haga durante muchos años tendrá un impacto duradero”, señala el experto, citado también por The Guardian.

Su mensaje está dirigido a quienes creen que, pasada la barrera de los 50 años, los cambios positivos son irrelevantes. Todo lo contrario: es precisamente en esa etapa donde algunas decisiones pueden extender la vida activa y autónoma.

 

Cinco hábitos para vivir mejor

En diálogo con medios internacionales, y recogido por El Tiempo, LeBrasseur resumió cinco hábitos esenciales que pueden incorporarse a la rutina diaria, incluso de manera progresiva. Estos son:

  • Actividad física regular
  • Incluir ejercicios de resistencia, cardiovasculares, flexibilidad y equilibrio ayuda a mantener la fuerza muscular, prevenir caídas y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Caminar a paso ligero, practicar yoga o hacer entrenamiento de fuerza son opciones viables y efectivas.
  • Alimentación variada y nutritiva
  • Una dieta rica en vegetales, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables contribuye al buen funcionamiento del organismo. Comer conscientemente, sin excesos y con ingredientes naturales, es una de las claves más poderosas de salud a largo plazo.
  • Peso corporal adecuado
  • Mantener un índice de masa corporal saludable disminuye considerablemente la posibilidad de desarrollar hipertensión, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y osteoartritis.
  • Evitar el tabaco y el humo
  • El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible. Dejar de fumar, o no comenzar nunca, reduce el riesgo de padecimientos pulmonares, accidentes cerebrovasculares y distintos tipos de cáncer.
  • Controlar el consumo de alcohol
  • Reducir la ingesta de bebidas alcohólicas permite conservar las funciones hepáticas, proteger la salud mental y prevenir alteraciones metabólicas. En algunos casos, eliminar completamente el alcohol puede tener efectos aún más beneficiosos.

 

Revisiones médicas, una rutina necesaria

Además de los hábitos mencionados, LeBrasseur insiste en la importancia de las visitas periódicas al médico. La edad biológica —que se basa en cambios moleculares acumulados— ofrece un retrato más preciso del estado de salud que la edad cronológica. Por ello, los chequeos permiten identificar posibles factores de riesgo a tiempo.

Según El Tiempo, LeBrasseur cita las recomendaciones de la Sociedad Americana del Cáncer, que sugiere exámenes preventivos desde los 40 años. Estos controles deben adaptarse a cada persona y pueden incluir estudios para detectar cánceres de piel, mama, colon, próstata o pulmón, dependiendo del historial médico personal y familiar.

Establecer un calendario de revisiones, conversar abiertamente con los médicos y atender a los síntomas, por mínimos que parezcan, son prácticas que fortalecen la autonomía en la madurez.

Cambios hormonales y adaptación

El envejecimiento también implica transformaciones hormonales que, si bien naturales, pueden generar molestias.

En las mujeres, la menopausia suele presentarse entre los 45 y 55 años, y puede causar sofocos, irritabilidad, trastornos del sueño y sequedad vaginal.

En los hombres, el descenso paulatino de testosterona puede derivar en fatiga, disminución del deseo sexual, pérdida de masa muscular y disfunción eréctil.

Frente a este panorama, LeBrasseur propone pensar en la “plasticidad del envejecimiento”. Este concepto se refiere a la capacidad del cuerpo y la mente para regenerarse y adaptarse cuando se introducen estímulos positivos, como el ejercicio, la buena alimentación, el descanso y la gestión emocional.

En este sentido, el bienestar no es solo físico. La salud mental juega un papel determinante. Incorporar prácticas como la meditación, el arte, la lectura o el contacto con la naturaleza puede reducir el estrés y aumentar la sensación de plenitud. Así lo ha reflejado también El Tiempo, en un reciente informe sobre longevidad y salud integral.

Envejecer con propósito

Una vejez saludable no es solo producto de la genética. También es el reflejo de hábitos sostenidos, decisiones conscientes y acceso a información fiable. Nathan LeBrasseur insiste en que nunca es tarde para cambiar de rumbo. Si bien los primeros pasos pueden parecer difíciles, sus beneficios acumulados transforman la manera de vivir los años venideros.

“Cada elección saludable que se mantenga en el tiempo contribuye a una vejez más activa, independiente y satisfactoria”, concluye el especialista, cuya experiencia fue recogida por El Tiempo.

En definitiva, vivir después de los 50 no es una etapa de cierre, sino una nueva oportunidad para fortalecer el cuerpo, cuidar la mente y reescribir el futuro con salud y dignidad.