Plataformas digitales, una opción de educación que suma estudiantes

Mati Home School, Colegio Hebrón Internacional, Academia Home School, entre otras, son plataformas digitales que ofrecen una educación formal basada en un programa de estudios avalado por el gobierno del país que los emite, que permiten que el estudiante arme su propio horario, enfatice en las áreas para las que tenga mayor destrezas, y que se imparten en una modalidad online, desde casa.

En países como EE. UU. y México son muy conocidos, mientras que en los últimos dos años en Ecuador ha empezado a convertirse en una alternativa que atrae a padres de familia.

Según Cinthya Game, presidenta de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP-Ecuador) y consultora en educación, de este tipo de modalidades se trata la educación del futuro. “Es una alternativa que cada vez tendrá más personas que la adopten como una solución a la situación económica de la clase media, principalmente”, dice.

“Quizá a futuro se debe de pensar en más modalidades en los sistemas educativos formales debido a que hoy en día la uniformidad de un sistema dificulta la inclusión y el aprendizaje diverso”, añade.

En términos generales, estas plataformas son escuelas privadas que ofrecen programas de estudio en casa para niveles iniciales, de educación general básica y bachillerato, a través de material didáctico impreso y digital, principalmente, que cuenta con presentación de deberes y rendimiento de pruebas. La guía de tutores virtuales y el acompañamiento de los padres de familia son piezas fundamentales en su metodología.

“Lo que más me motivó a optar por esta modalidad es que los chicos aprenden más organizando mejor su tiempo, y no están siendo comparados ni en competencia con nadie”, comenta Lorena Suárez, quien desde el año pasado tiene a su hija Mey, de doce años, inscrita en el Colegio Hebrón Internacional.

Esta plataforma transmite contenidos desde una perspectiva cristiana según lo indica en su sitio web www.colegiohebron.com/. Cuenta con la aprobación del Ministerio de Educación de Guatemala y es una extensión de Home Life Academy, un colegio privado en EE. UU., ente que emite los pases de grado para quienes no residen en Guatemala. La mensualidad oscila entre $60 y $78.

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El bajo costo de estas plataformas en comparación con los costos de pensiones en colegios particulares, también es una ventaja para quienes buscan alternativas a la educación tradicional.

“Con este sistema los niños aprenden a ser más independientes, investigativos, se dedican a lo que en verdad les gusta y nosotros (los padres) no caemos en gastos innecesarios y los acompañamos en su aprendizaje”, dice Suárez, quien pertenece a un grupo de 50 familias que hacen educación en casa.

Asimismo, una amiga de Suárez, que prefiere no dar su nombre, tiene inscritos a sus hijos en la plataforma Mati Home School (www.matihomeschool.com), una escuela privada, bilingüe e internacional de EE. UU., cuyo sistema se basa en programas digitales personalizados. Los costos varían entre $250 y $1500 el año.

“Es un aprendizaje individualizado, personalizado y autónomo. El niño va a aprender porque es como si tuviera una clase con un profesor solo para él, pero no se debe olvidar el objetivo de la escolarización, que es socializar. La educación funciona mientras haya interacción porque el desarrollo no es autónomo ni aislado, sino que implica la inclusión y la diversidad”, manifiesta Game.

Considerando esto las plataformas fomentan a sus usuarios a complementar su preparación con actividades que les permita socializar con sus pares. Mey, por ejemplo, asiste a clases de pintura en una academia particular.

“Seguiré relacionándome con niños de mi edad en mis clases de ping-pong e inglés, además mantendré contacto con mis compañeros”, asegura Francesco.

Él está terminando 8.° EGB en un colegio con modalidad presencial. En febrero continuará sus estudios en la plataforma colombiana www.academiahomeschool.com. “Consideré esta alternativa porque mi hijo aprende de un forma diferente, es muy autodidacta. Además, considero que al sistema tradicional le falta actualizar su metodología”, opina Lorena Rojas, madre de Francesco.

En su sitio web, la plataforma indica que las certificaciones se hacen a través de instituciones educativas reconocidas por el Ministerio de Educación de Colombia.

En cuanto al pénsum, todas imparten materias como Matemáticas, Ciencias Naturales, Lengua; y otras son más amplias e incluyen Ortografía, Estadística, Química, entre otras.

El seguimiento a los estudiantes se da a través de pruebas periódicas tomadas digitalmente en la plataforma o por los padres de familia bajo parámetros establecidos por la institución.

Para Game, esta modalidad es viable en la medida en la que haya un balance entre el desarrollo cognitivo y el social. “El peligro radica en que se limite solo al estudio en casa, porque así se estará aislando al joven”, advierte.

Reconocimiento

Quienes optan por esta alternativa deben cumplir con el proceso de reconocimiento de estudios que el Ministerio de Educación aplica cuando una persona ha estudiado en el extranjero y quiere ingresar a una institución pública o particular en Ecuador, dado que aunque en los ejemplos citados los estudiantes no están en el extranjero, los certificados que obtienen sí son emitidos por instituciones de afuera.

Existen dos figuras para hacer este reconocimiento, por validación u homologación.

En la primera se deben presentar las certificaciones de notas legalizadas por las autoridades educativas del país de procedencia de la institución.

Esto con los países con los que Ecuador mantenga convenios como Brasil, Uruguay, Cuba, España, México, Panamá, República Dominicana, Bolivia, Argentina, Colombia, Chile, Paraguay, Perú y Venezuela. Con el resto los certificados también deben estar apostillados.

Instituciones públicas o privadas pueden realizar una evaluación de conocimientos para confirmar si el estudiante está preparado para el nivel al que se supone que va; algo que determinará si lo aceptan o no.

En tanto, la homologación se realiza cuando el estudiante ya viene graduado y debe presentar su título y notas de sus dos últimos años de bachillerato para comenzar la universidad.

No existe un registro del número de plataformas que sean utilizadas en el país o de los estudiantes que opten por esta alternativa, lo que hay es una cifra que determina cuántos títulos son homologados y validados cada año. En el 2019, en la Zona 8, las cifras fueron de 601 y 2895, respectivamente, según este ministerio. (I)