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Mañana será diferente: 4 claves para no desistir

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Los tiempos en que vivimos son convulsionados y una de las mejores formas de vencer la frustración, el miedo y la desesperanza es recordar que lo que te está sucediendo hoy no se quedará para siempre.

La vida es un eterno cambio

Actualmente, existen personas que están atravesando momentos difíciles, en los que se está poniendo a prueba su capacidad de resiliencia y en las que muchas veces el deseo de desistir de todo crece cada vez más, porque no logran visualizar una salida inmediata a su situación.

Una de esas personas puedes ser tú. Por esto, es bueno recordar que, si efectivamente estás pasando por un momento difícil y doloroso, debes pensar que éste no es definitivo, no es el final, en algún momento se irá o mejorará. Meter esto en tu cabeza será la clave para no bajar los brazos y evitará que te rindas.

Lo peor de la desesperación es cuando quitarse la vida, pareciera ser la única salida. Se estima que cada año 700 mil personas toman la decisión de suicidarse y logran su objetivo.

También, varios estudios han encontrado que, entre el 10% y el 35% de los jóvenes han tenido alguna vez en su vida la idea de suicidarse. Por tal razón, es indispensable contar siempre con estrategias que nos ayuden a gestionar esas emociones, que creemos que nunca nos abandonarán.

Nada es estático…

En muchos casos, las personas se suicidan porque sienten que su situación no tiene solución, no son capaces de ver la salida al sufrimiento que están sintiendo. De esta forma, el problema reside, no tanto en soportar el dolor, sino en pensar que éste nunca se irá.

Todos en algún momento hemos caído en esa trampa de la mente, aunque si cambiamos de perspectiva y vemos nuestra situación desde afuera, será evidente que tarde o temprano la situación mejorará y veremos la luz al final del túnel.

El miedo, la angustia, la depresión, no nos permiten ver la perspectiva real y por esta razón nos convencemos de que nunca volveremos a estar bien. Es esa desesperanza hacia el futuro lo que nos termina haciendo más daño.

Por lo tanto, no podemos olvidar, jamás, que nada es definitivo, que la vida cambia, no es algo estático, y como tal, nosotros estamos sometidos también a esos cambios. Así que todo es pasajero, tanto lo bueno, como lo malo.

Mantener este pensamiento en situaciones difíciles, es sumamente complicado, por lo que te contamos algunas claves para que tu mente logre mantenerse en el estado de la esperanza.

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Claves para no perder la esperanza ante situaciones difíciles

1.- Vigila tus pensamientos.

Debes estar atento a la interpretación que haces de la realidad. Recuerda que como te sientes, puede que no sea el resultado directo de lo que te ocurre, sino del modo en el que lo estás interpretando.

Es por esto que, las ideas que generes en tu mente de una situación en particular, puedes magnificarlas y hacer que parezcan insalvables o, por el contrario, pueden ayudarte a superar el temporal.

La sobregeneralización es uno de los sesgos cognitivos que con más frecuencia nos conducen a la desesperación, porque solemos extrapolar algo que en un determinado momento nos sucedió a otros ámbitos que nada tienen que ver con lo que está sucediendo.

Por ejemplo: podemos pensar que nunca más seremos felices y que todo lo que hacemos nos sale mal. Aunque la realidad es que, no todo nos sale mal, existen cosas que sí hacemos bien, pero como estamos sumergidos en la tristeza no las logramos ver, por lo tanto, no las valoramos.

Es fundamental que, cuando te encuentres pensando así, te detengas y analices esas creencias. Pregúntate si realmente son ciertas. ¿Qué hechos respaldan esas afirmaciones? Probablemente, te darás cuenta de cómo tu mente sabotea tu estado emocional usando ese diálogo interno.

2.- Recuerda que eres capaz de ser resiliente.

Un ejercicio que puedes hacer cuando te sientas saturado y desesperanzado es recordar situaciones del pasado en las que creíste que no podías más y sí pudiste.

Piensa en esas situaciones a las que en un momento no les veías salida, pero que finalmente las pudiste superar con éxito.

Tienes la habilidad de afrontar la adversidad y sacar de ella lo mejor para salir adelante, lo cual te dejará un aprendizaje que podrás aplicar en situaciones similares que se te presenten en un futuro, para que puedas salir de ellas airoso más fácilmente.

Lo hiciste en el pasado y puedes hacerlo ahora mismo. Lo importante es no rendirte y continuar con la mente enfocada en que todo va a mejorar y que serás capaz de darle la vuelta a la situación que estás viviendo, de una manera favorable para ti.

3.- Proyéctate a un futuro más próspero.

Lo que crees, lo creas. Así que puedes aplicar este ejercicio, cada vez que te veas envuelto en la rumiación.

Cuando sientas que estás atascado en un círculo de pensamientos negativos, crea y visualiza un futuro prometedor, enfócate en lo que puedes obtener más adelante y busca la forma de poder hacer realidad ese objetivo.

Quedarte en la rumiación te producirá más dolor, mientras que si pones tu foco en cosas agradables y objetivos que te hagan sentir pleno, probablemente termines descubriendo el camino que te lleve a la concretización de esos objetivos. Y lo mejor de todo es que aparecerá la motivación que necesitas para ponerte manos a la obra.

4.- No te define lo que te sucede hoy.

Recuerda, por muy dolorosa que sea hoy tu realidad, no quiere decir que mañana sea igual. Lo más probable es que todo cambie y logres salir de la situación en la que te encuentras con éxito.

Si tienes la certeza de que todo mejorará, aunque de momento lo veas todo oscuro, con toda seguridad no te rendirás y conseguirás la fuerza para continuar.

Lo que estás viviendo hoy, es solo uno de los muchos capítulos que tiene tu vida. ¡No te rindas, nada es definitivo!