En Cuenca se retomaron las misas con aforo reducido de fieles

Cuenca –

Luego de cinco meses la celebración presencial de misas se retomó parcialmente en 10 parroquias eclesiásticas de Cuenca. El primer templo que realizó esta actividad fue la Catedral de la Inmaculada con un aforo y tiempo reducido. En las siguientes semanas se sumarán otras.

Al final de la primera eucaristía del domingo 23, el sacerdote Francisco Calle, rector de la Catedral de la Inmaculada, explicó a los fieles que desde las 07:00 del próximo 1 de septiembre las misas en ese sitio se retomarán respetando las normas de bioseguridad como mantener el distanciamiento social, el uso obligatorio de mascarillas y la presencia reducida de oyentes.

Aunque reconoció que “la pandemia sube cada vez más” dijo que ofrecen todas las garantías para cumplir con esas disposiciones, aunque también apeló al apoyo de la gente para que se tome en serio las normativas. Y aunque “es un regalo de Dios que podamos celebrar la eucaristía” agregó a los creyentes católicos que están dentro de los grupos vulnerables que hasta que todo mejore escuchen el mensaje por redes sociales.

Entre cada encuentro las puertas de la Catedral se cierran para desinfectar el lugar y dar la bienvenida a un nuevo grupo. La entrada siempre será por la puerta de la calle Benigno Malo y la salida por la lateral de la calle Mariscal Sucre.

Desde la Secretaría de Comunicación de la Arquidiócesis de Cuenca se emitió un comunicado donde se autorizan las misas, bautismos, matrimonios y exequias.

En el documento enviado a cada uno de los párrocos se detalla que a partir del lunes 24 de agosto se autorizarán estos ritos, pero en cualquier caso no pueden durar más de 30 minutos. Si el sacerdote considera que tiene las condiciones para reabrir sus puertas pide el visto bueno a la comisión de bioseguridad de la Arquidiócesis, quienes son los que finalmente deciden.

Para los bautismos y matrimonios el aforo máximo permitido será de 25 personas, los padres o novios firmarán una carta compromiso en la que se comprometan a que luego del sacramento no habrá una reunión social.

En cuanto a las exequias se pide al sacerdote que el sermón se remita directamente al sentido de la muerte y la esperanza cristiana. (I)