baterías de vehículos eléctricos

Los precios de las baterías de vehículos eléctricos caen en un 89%

El precio de baterías de vehículos eléctricos, el componente más caro del vehículo eléctrico, cayó a un nivel histórico en el 2020. Mientras que el kWh de una batería de litio-ion costaba 1.100 USD en el 2010, este alcanzó un precio de 137 USD en el 2020, lo que significa una baja del 89%. Se espera que el kWh llegue a 101 USD en el 2023 y 58 USD en el 2030. Esta tendencia permitirá ofrecer vehículos eléctricos al mismo precio que los de combustión. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

De acuerdo al estudio realizado por BLOOMBERG NEF (BNEF) en diciembre 2020, el kWh de una batería de litio- ion, ya logró alcanzar los 100 USD en proyectos de buses eléctricos en China. Fabricantes de baterías indican que el precio por kWh puede alcanzar un promedio de 126 USD, dependiendo del volumen de compra. Esto significa que el costo de la batería representaría un 21% del valor total del vehículo.

Para el 2023 se espera que el precio de un kWh se ubique incluso en 101 USD, lo que permitirá la fabricación y comercialización masiva de autos eléctricos, al mismo precio y con los márgenes de utilidad de sus pares a combustible. El 2023 será, por lo tanto, el punto de inflexión para baterías de vehículos eléctricos en un amplio número de países, que ya no requerirán más subsidiar la movilidad sustentable.

La baja de precios se debe principalmente a la creciente capacidad de producción, mayores ventas de vehículos eléctricos y nuevos diseños técnicos de baterías. A esto se suman precios más bajos para cátodos y materia prima. La tendencia se mantendrá debido a la introducción de nuevos materiales y menores costos de producción.

Según el experto de almacenamiento energético de BNEF, James Frith, haber alcanzado un precio de 100 USD / kWh en tan poco tiempo es un logro histórico. Frith observa además que la industria automotriz ha escalado su propia cadena de valor al invertir en minas y la producción de cátodos, lo que la ha vuelto más resiliente ante la volatilidad de precios de la materia prima.

La clave del éxito es mantener la producción a un alto nivel para evitar un incremento de costos. Actualmente los fabricantes reportan un nivel de producción del 85% y un margen bruto del 20%. Una disminución de la demanda significaría mayores costos de depreciación, lo que impactaría negativamente en el precio de las celdas.

La meta de los 100 USD / kWh al 2023 está clara, aunque existen diversas alternativas sobre el cómo alcanzarla. Los fabricantes apuestan sobre todo a una mayor masificación, intensidad energética y nuevos conceptos químicos en las baterías de litio-manganeso-cobalto-óxido (NMC), litio-níquel-manganeso-cobalto-aluminio-óxido (NMCA) y litio-hierro-fosfato (LFP).

Otra alternativa técnica para lograr una mayor reducción de costos y llegar hasta los 58 USD / kWh en el 2030, son las baterías de estado sólido. Se estima que la producción de estas baterías representaría solo el 40% del costo actual para baterías de litio-ion. Los ahorros se alcanzarían principalmente por el menor uso de materiales, bajo costo de producción y la implementación de cátodos más eficientes. No obstante, el suministro de electrolitos sólidos, material clave, debe ser asegurado.