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Los ocho cementerios nucleares más grandes del mundo

Los ocho cementerios nucleares más grandes del mundo. Debates sobre si debemos usarlas o no aparte, una las consecuencias inevitables de tener centrales nucleares en funcionamiento es la gestión de sus residuos. Y éstos no pueden guardarse en un contenedor o almacén cualquiera: dependiendo de su longevidad y radioactividad necesitan de una infraestructura complicada y un presupuesto enorme. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

 

Los ocho cementerios nucleares más grandes del mundo

En el mundo hay decenas de los llamados «cementerios nucleares», centros de tratamiento de residuos radioactivos que reciben los deshechos de las centrales nucleares y los materiales utilizados para fabricar el arsenal atómico del mundo. Y en el peor de los casos, también hay que hablar de lugares en los que simplemente se ha vertido basura radioactiva para no acercarse más a ellos.

Pero ¿Dónde están esos lugares? ¿Cuál es el más grande? Vamos a listar los mayores cementerios nucleares del mundo en los que probablemente jamás vas a poner un pie (y probablemente no quieras hacerlo por voluntad propia).

 

El complejo de Hanford

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Este complejo situado cerca de la ciudad de Seattle es considerado el mayor almacén de basura nuclear del mundo. Sus 177 tanques conservan 200.000 metros cúbicos de residuos radioactivos, lo que convierte a Hanford en el lugar más contaminado de los Estados Unidos. Se sabe que fue el lugar en el que obtuvo el plutonio para fabricar a Fat Man, la bomba atómica que arrasó Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.

Los tanques de Hanford han sufrido escapes a lo largo del tiempo, el último de ellos este mismo mes de abril. El gobierno estadounidense se ha visto obligado a invertir millones de dólares y décadas en contener la contaminación e ir limpiando la zona todo lo posible para no poner en peligro a los habitantes de las poblaciones cercanas. Richland, por ejemplo, obtiene más de la mitad de sus ingresos trabajando en la zona de Hanford.

 

El fondo del mar de Kara

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El día que oigamos hablar de esto en los titulares de todos los medios será para recibir muy malas noticias. El mar de Kara, en el norte de Rusia, ha sido el vertedero de los submarinos nucleares de la antigua Unión Soviética durante años.

El resultado es un depósito de (que se sepa) al menos 14 submarinos nucleares que descansan en el fondo marino. La erosión provocada por el agua hace que sus reactores vayan quedando lenta pero inexorablemente expuestos.

Cuando eso ocurra causará una contaminación marina que algunos consideran que no va a tener precedentes, ya que estamos hablando de más de seis veces la radiación de la bomba de Hiroshima quedando poco a poco expuesta. La amenaza afecta incluso a las futuras rutas árticas: ¿qué pescador o marinero va a querer atravesar esas aguas?

 

La Fosa Atlántica

¿Crees que sólo hay residuos radioactivos en los mares de Rusia debido a los excesos de la Guerra Fría? Pues cuidado a este dato: tenemos más de 140.000 toneladas de basura nuclear repartidos a 200 km de la costa asturiana y a 400 km de la gallega. Están a más de 4.000 metros bajo el mar, y a ellos no se dedican demasiados trabajos de vigilancia.

Los residuos vienen del Reino Unido, Bélgica, Holanda, Francia, Suiza, Suecia, Alemania e Italia. Como en el caso del mar de Kara, la corrosión y la erosión del agua del mar podría hacer que estos bidones afecten gravemente a la fauna marina. Como puedes ver en el vídeo superior, varios pesqueros gallegos unieron esfuerzos con Greenpeace para evitar el vertido de residuos en esa zona.

 

Waste Isolation Pilot Plant, Nuevo México

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La WIPP, como la suelen llamar, es el primer almacén geológico profundo diseñado para almacenar residuos nucleares de alta actividad durante miles de años. Cuenta con más de 185.000 contenedores de basura radioactiva, almacenada a 660 metros bajo el suelo del estado de Nuevo México.

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Hace un tiempo hablamos de ese almacén, y ya ahí dijimos que no va a estar al completo hasta 2070. En ese momento se cerrará y quedará protegido gracias a la estabilidad geológica de la zona.

El complejo no ha estado libre de accidentes, pero los Estados Unidos seguirán almacenando residuos en él hasta aproximadamente 2035. Será en ese momento cuando todo se cubrirá bajo capas de tierra, hormigón y sal que protegerán permanentemente el ambiente de cualquier escape radioactivo futuro.

Planta de Lanyu, Taiwán

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La «Isla Orquídea», al sureste de Taiwán, es un atractivo turístico para el país pero también es el lugar para un almacén de residuos radioactivos de baja actividad. En 1996 dejó de aceptar la llegada de residuos, cuando en su complejo ya habían más de 100.000 barriles según su web oficial. Puedes seguir considerando acudir a sus puntos turísticos, ya que están lo suficientemente lejos como para que no quedes expuesto a radiación.

 

Drigg Low Level Waste Repository

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El condado de Cumbria, en el Reino Unido, se inauguró en 1959 y fue ampliado en 2010. Cuenta con un almacén pensado para residuos de baja actividad que alberga más de un millón de metros cúbicos de residuos radioactivos.

No ha habido grandes problemas con este almacén, pero ya se sabe que el calentamiento global y la subida del nivel del mar pueden suponer un peligro para el complejo.

 

El complejo ZWILAG, en Suiza

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Suiza cuenta con este almacén de residuos radioactivos en Würenlingen, muy cerca de la frontera con el sur de Alemania. En sus instalaciones descansan 5.000 barriles y 120 contenedores de basura nuclear, repartidas en 200 celdas. Si te atreves, puedes hacer un recorrido turístico para verlo en todo su esplendor.

 

Bonus: El Cabril, el único cementerio nuclear español

Puede que este no sea de los más grandes, pero vale la pena mencionar que en España tenemos un complejo especializado en almacenar y tratar residuos radioactivos de nuestras centrales nucleares. Se encuentra a 43 km del pueblo de Hornachuelos, en Córdoba; y utiliza contenedores de hormigón a prueba de terremotos para almacenar 3.000 bidones de residuos.

Se prevé que esos residuos van a tardar 300 años en dejar de ser peligrosamente radioactivos, y que El Cabril va a estar completamente lleno alrededor del año 2030. En las instalaciones trabajan 124 empleados fijos con unos 90 empleados temporales de media diaria.

El futuro: enterrar los residuos a centenares de metros bajo el suelo

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Seguir construyendo almacenes como estos no es el plan a largo plazo para la conservación de los residuos nucleares del planeta. Ahora los planes pasan por construir más almacenes geológicos profundos como el WIPP, para almacenar esos deshechos durante miles de años en un ambiente sellado sin tener que preocuparnos demasiado más por ellos.

La alta profundidad de estos almacenes garantizará que la radioactividad de los residuos no llegue a la superficie, y que su calor no llegue a deteriorar demasiado todas las capas de materiales que tienen por encima. Hasta el momento, es la única forma fiable de muy largo plazo para que la basura nuclear no perjudique ni al medio ambiente ni a las personas.