Con sus grupos parroquiales, sacerdotes de Guayaquil se organizan para retomar las misas aplicando medidas de bioseguridad

Los grupos parroquiales católicos se encargan de aplicar las normas de bioseguridad en torno a las misas que ya pueden celebrar en las iglesias de Guayaquil, una vez que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) local emitió la autorización del caso.

El sacerdote Rómulo Aguilar, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, situada en las calles Francisco Segura y la Décima, prevé que la organización de los turnos quede listo en uno o dos días, para así el jueves 16, con la festividad de la Virgen del Carmen, se retomen la eucaristías con presencia de creyentes, suspendidas a nivel nacional desde hace cuatro meses por la pandemia del COVID-19.

La Arquidiócesis de Guayaquil había solicitado a inicios de mes la autorización al COE de Guayaquil para la reanudación de las misas. Esto luego de que el COE nacional resolviera relajar las medidas de restricción en los cantones con el semáforo sanitario en color amarillo. Ahí constaba el aval para reuniones sociales con máximo 25 personas, la reapertura de cines y teatros, la asistencia de máximo 25 personas a los velatorios.

En la misiva, monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, pidió sensibilidad ante la necesidad de la feligresía por las misas. «La gente necesita de la eucaristía y bueno si cumplimos con todas las condiciones estrictamente señaladas, pues yo no veo ninguna dificultad, pero en todo caso por respeto a los COE cantonales hemos enviado esa solicitud. Esperemos que se sensibilice», expuso entonces.

El sacerdote Aguilar habló de una necesidad vital del corazón humano. «Gracias a Dios, nos permite redimir el espíritu en este tiempo, en esta pandemia, que no solo necesitamos aislamiento y medicina; agradecemos la decisión del COE de Guayaquil para esta esta necesidad vital del corazón humano», manifestó.

La autorización fue emitida la tarde del lunes 13 y abarca las eucaristías, bautizos, matrimonios y exequias, que la asistencia a los templo sea de máximo el 30% del aforo, un tiempo tope de 40 minutos, además de que se apliquen las medidas de bioseguridad.

El padre Wilson Malavé, párroco de la iglesia San Agustín, situada en Luis Urdaneta y Pedro Moncayo, señaló que bajo las directrices del COE cantonal la cifra tope de feligreses es 80, que antes de la pandemia celebraban misas con alrededor de 400 creyentes.

Manifestó que los grupos parroquiales ya están divididos por turnos, que gracias a donaciones dispone de pistola de temperatura, alcohol y amonio cuaternario, que hay control del uso de mascarillas, aplicación de desinfectante en las manos.

«Si ya hay 80 feligreses, ya hay que decir que esperen la siguiente misa, que ya no son cada hora sino espaciadas porque hay que sanitizar la iglesia», expuso el religioso.

Antes de la pandemia del COVID-19, las eucaristías de los domingos en la parroquia San Agustín se celebraban a las 07:00, 08:00, 09:00, 10:00, 11:00, 18:00 y 19:00. Ahora están previstas a las 08:00, 10:00, 12:00 y 18:00.

A fines de mayo se reaperturaron las iglesias para la oración, confesiones y para la comunión de los creyentes, con templos señalizados para mantener el distanciamiento, con marcas en las bancas como las hay en las instituciones de servicio comercial.

El sacerdote Cristhian Morante, párroco de la iglesia Santa Reina del Carmen, situada en la cooperativa Horizontes del Fortín, indicó que los feligreses acuden al templo para la sesiones de adoración al Santísimo y rezos por la novena a la Virgen del Carmen.

Dijo que aplican las normas de bioseguridad puesto que son necesarias para minimizar el riesgo de contagios, que están listos para la reanudación de las misas con asistencia de creyentes. (I)