Hace 25 años, los coches eran más inseguros. Es indudable. Los vehículos modernos se han llenado de radares, sensores y cámaras que han convertido a nuestros coches en auténticas máquinas tecnológicas que chillan, frenan y hasta esquivan ante un obstáculo. Pero los atropellos mortales se han disparado en los Estados Unidos.
Cada día vemos menos. Y no, no son tus ojos.
El estudio
Lo ha realizado el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), una asociación independiente que estudia la seguridad vial en las carreteras estadounidenses. Según sus datos, los atropellos mortales a peatones en Estados Unidos se han disparado un 37%. Y en un 42% si hablamos de atropellos a ciclistas.
No es una cuestión de que los coches sean más inseguros. Al contrario. Los coches son más seguros que nunca. Al menos para los que viajan dentro. Porque el problema es que cada vez vemos menos lo que tenemos delante y a nuestro alrededor. Y eso, según el IIHS, explica el por qué de este aumento.
Coches gigantes
Estados Unidos siempre ha sido un país de coches enormes. En 2021, ya explicábamos que algunos de los coches más vendidos en el país podrían tener a seis niños sentados delante y no los verían. Uno detrás de otro. Subido a bordo de un Cadillac Escalade, un conductor no vería más que la cabeza (y parcialmente) del sexto niño sentado en la fila.
Basta con echar un vistazo a los coches más vendidos en Estados Unidos para comprobar hasta qué punto sus conductores prefieren los coches grandes. El vehículo más vendido es la Ford-F Series, una pick-up con multitud de versiones. El segundo el Chevrolet Silverado (otra pick-up) y el tercer clasificado es el más «comedido» Toyota RAV4.
Desde luego, están lejos de los Dacia Sandero, Renault Clio y Volkswagen Golf que copan los tres primeros puestos de la lista de más vendidos en Europa. Sin embargo, a poco que sigamos bajando, entre los 10 coches más vendidos de nuestro continente encontramos hasta cuatro SUV.
Cada vez vemos menos
El IIHS ha estudiado qué visibilidad tiene un conductor a menos de 10 metros alrededor de su vehículo y si esta ha mejorado o empeorado en los últimos 25 años con el lanzamiento de las nuevas generaciones. Y hay malas noticias: entre los tres SUV más vendidos de Estados Unidos, la visibilidad ha empeorado considerablemente.
Según sus cálculos, el conductor de un Honda CR-V veía el 68% de todo lo que tenía alrededor en un radio de 10 metros. En su última generación, sólo puede observar el 28% de lo que le rodea. Un Ford F-150 no consigue datos muchos mejores. En un cuarto de siglo solo ha perdido un 7% de visibilidad. El problema es que hace 25 años ya era tan mala que el conductor ha pasado de ver el 43% al 36%.
Puntos ciegos enormes
El problema es que los coches se han convertido en máquinas con unos puntos ciegos enormes. Cuando más alto es el morro, menos visibilidad en las distancias cortas. Cuanto más grande es el pilar delantero del coche, menos visibilidad tenemos en diagonal. Y hasta el retrovisor es un problema cuando el tamaño se dispara.
Esto lo han medido en el IIHS con cámaras 360º situadas a diferentes alturas para representar todas las tallas de los conductores. Luego, un software realiza una media y calcula a qué distancia el conductor empieza a ver o qué cantidad de espacio queda fuera de su ángulo de visión. En la imagen superior, la zona azul es el espacio que queda tapado al conductor.
En Europa también los conocemos
Sí, en Europa también conocemos bien a estos coches. Si echamos un vistazo a las ventas de SUV hace 25 años nos daremos cuenta que apenas el 5% de la cuota de mercado estaba ocupada por este tipo de coches. En 2025 más de la mitad de los coches que se venden se pueden meter dentro de esta categoría. Desde hace ya un lustro, el SUV es el coche que más se vende.
Pero, además, los coches han crecido una barbaridad en este cuarto de siglo. Hay versiones SUV que nos parecerían más que improbables hace 25 años, como el Toyota Yaris Cross. Y la altura de los coches no ha crecido mucho pero sí se han musculado sus frontales y son ahora más grandes. Un BMW X3 medía 4,565 metros en 2004. Hoy mide 4,755 metros.
Un peligro
Quienes más sufren las consecuencias de este crecimiento desmedido son los peatones y los ciclistas. Como decíamos, los coches son más seguros en caso de accidente. Y cuentan con un arsenal tecnológico para evitarlos, como la cámara trasera a la que obliga la Unión Europea.
Pero levantar el frontal tiene consecuencias gravísimas en caso de accidente. En caso de choque, es más probable que el peatón muera en el accidente o que reciba heridas graves como la rotura de la cadera. También las lesiones en la cabeza (si rebotan contra el coche) son más graves. Los estudios dicen que cada 10 centímetros que el capó se eleva, las posibilidades de recibir heridas graves aumentan en un 27%.