¡De técnico dental a técnico de fútbol!

Lo vi caminar por la calle Nueve de Octubre, de Guayaquil, su cara era conocida, iba solo. Es como si fuera uno más de aquí. Pasaron los días y volví a verlo, esta vez en la misma avenida. Lo seguí y entró a una iglesia. Me acerqué sin que se diera cuenta, luego la curiosidad hizo que le pregunte a un feligrés, ¿Y el profe siempre viene?, la contestación fue fuerte, “Sí, él era DT de la Católica, viene de vez en cuando y le gusta ayudar a los que no tienen qué comer”.

Me quedé con esa imagen, luego ese mismo profesor estaba en la pantalla de televisión, dirigiendo a la primera selección de Ecuador que ganaba el Sudamericano Sub-20 y nos llevaba al Mundial de Polonia.

Es la primera vez que tengo frente a frente al argentino Jorge Célico. Le digo que es uno de los más buscados del fútbol y sonríe.

Su oficina huele a fútbol, tableros, pelotas, fotos. Todo el país sabe lo que hizo con los muchachos, pero qué hay detrás del entrenador.

Profesor, eso de hablar de fútbol cansa a estas alturas. Célico es graduado de técnico dental, ¿qué es más duro, arreglar las dentaduras o buscar los jugadores?

Las dos cosas son complicadas, son profesiones en las que se necesitan esfuerzo y sacrificio para hacerlas bien.

¿Pero en cuál se suda más?

En el fútbol, pero la profesión que estudié, gracias a Dios, no la pude ejercer y si lo hacía no estaríamos conversando en este momento. El balompié me dio la posibilidad de vivir de esto por muchos años. Te confieso que estudié por un mandato familiar, mi padre era un profesional y había que hacer caso. Siempre es bueno prepararse.

¿Aquí entre nos, las prácticas para ser técnico dental sí las superó?

Claro, todo hice bien, pero nunca pude ejercer. Tenía todo equipado en mi consultorio, pero me tocó vender los aparatos porque no los utilizaba, pasaba más tiempo en la cancha.

¿No se ve como técnico dental en un futuro, aunque sea por complacer a la familia?

No, todo ha cambiado en el tema dental. Las formas son diferentes y te confieso que estoy desactualizado.

Lo veo caminar relajado en las calles, como un ecuatoriano más.

El que nada debe, nada teme, soy muy confiado en caminar solo, pero me han dicho que no lo haga. Me siento uno más. Cuando me veas, me dirijo a la iglesia o a la farmacia.

¿El tema de ir a la iglesia tiene un doble propósito, eso lo sabemos por nuestra cuenta?

Hay que darle las gracias a Dios por la vida, por todo. Y sobre lo que me preguntaste te puedo decir que lo que hace tu mano derecha, no puede saberlo la izquierda.

16 años en Ecuador, es mucho tiempo.

Llegué a dirigir la Universidad Católica, luego El Nacional, volví a la Católica y ahora estoy en la Tricolor.

Profe, que nadie más lo sepa, ¿qué extraña de su Argentina?

Hay costumbres que uno crece con ellas y acá no las hay. Allá en Buenos Aires se habla con el café y los amigos hasta altas horas de la noche. Se extraña a las amistades, los tangos, son cosas sencillas.

¿Qué tal bailador de tango es?

No es que sea un gran bailador, pero me defiendo.

¿No podemos decir que Célico en el tango es como Campana en el Sudamericano?

Risas, tanguero con mi esposa y nos defendemos.

Si la esposa dice, Jorge hoy toca bailar tango y hacer el asado, ¿con cuál se queda?

La verdad, con las dos, hago un asadito y luego una bailada de tango. En la cocina me defiendo, es raro que un argentino no sepa algo de asado, eso para nosotros es un ritual. Desde hablar de fútbol, jugar a las cartas y comer.

Esta pregunta, prometo no publicarla. ¿Los asados por qué comida ecuatoriana los cambió?

Por el llapingacho es algo delicioso, las tortillas, el huevo frito, la longaniza, eso es rico. También mantengo las costumbres de la comida argentina.

¿Lo veo festejar un gol, solo le faltó entrar a la cancha para celebrar?

Es emocionante jugar un Sudamericano y hacerlo de buena manera. Ver a los chicos cómo crecen y te dan satisfacciones. Lo grité porque vi la forma de entregarse. El fútbol es pasión.

Sin ser político, cantante o religioso, unió a Ecuador en una sola meta, la sub-20, ¿está consciente de eso?

Es lo que genera el fútbol. Siempre soñé en una posibilidad de estas, pero no es fácil. Los desafíos están presentes. Pero es un sueño tan lindo que ha pasado, esto es difícil de describirlo.

Qué piensa el Célico ser humano cuando ve al Célico DT de la sub-20 de Ecuador en la TV.

El pasar de los años. Uno ve cómo ha recorrido el mundo del fútbol. Esta profesión es desgastante, porque se soporta muchos malos momentos que los buenos. Aguantar las críticas injustas en algunas ocasiones. A veces uno hace todo bien y sale todo mal. La realidad que tienen que alinearse los planetas para se den las cosas.

¿Más hincha de la Católica, El Nacional o tiene su equipo?

De la Católica, por todo lo que he vivido. Me trajo Fidel Egas. Ellos me conocen después que hago un interinato en Huracán. Tomo el equipo con la condición de que me dejen poner seis juveniles. Le gano a River Plate en su casa. Dos juveniles hicieron los goles. Fue hace 17 años y nunca más se ganó en ese estadio. Eso se hizo una bomba y luego me llaman de Católica y aquí estoy.

En Huracán me ofrecieron que me quede, pero me fui a las menores.

¿Ahora a aprender polaco o casubio, el idioma de Polonia?

Creo que todo será por gestos, con el inglés me llevo más o menos.

¿Qué es lo que le dicen los hinchas y lo emociona?

Hay una palabra que me emociona, la gente me dice gracias, y eso es muy fuerte. Sentir el agradecimiento es lindo. Soy un detalle de toda la selección. Hay un montón de gente que lo dice, desde el presidente Moreno hasta los directivos.

Esto es devolverle al país un poco de lo que todo me ha dado.

Una sola pregunta de fútbol. El goleador del campeonato, Jordy Caicedo, dice que Ud. le dio la confianza.

Un chico fenomenal, con una historia dura de vida. Estaba sin entrenador y lo fui a ver a Gualaceo, una sub-18 entre Manta y el Gualaceo. Se ha superado, ahora lo miro con hijos y haciendo goles. Pero esto me pasa con muchos jugadores, como Pablo Calandria, quien me dio su camiseta de debut y hace pocos días en Chile me entregó la que utilizó al retiro. Lucas Barrios es otro muchacho que vivió en mi casa y luego fue un crack. Esas cosas son impagables.