Expectativa por debate electoral y sombras de intervención en Perú

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Lima, 29 may (Prensa Latina) Un debate final entre los candidatos presidenciales Pedro Castillo y Keiko Fujimori, previsto para mañana, concentra hoy expectativas en Perú, mientras en Washington asoma la posibilidad de una intervención extranjera en Perú.

A ocho días del balotaje entre el profesor rural izquierdista y la neoliberal hija del encarcelado exgobernante Alberto Fujimori, ambos se preparan intensamente para la contienda verbal, que será transmitida a todo el país.

Mientras tanto, en la sureña ciudad de Arequipa, sede del debate, se ultiman los preparativos que incluyen el confinamiento general, tanto sanitario como de seguridad.

Si bien una encuesta mostró ayer una reducción a 0,9 por ciento de la ventaja de Castillo, la victoria de este sigue siendo posible, pese a la abismal diferencia en su contra de recursos y la adversa campaña mediática.

El bloque de partidos derechistas, empresarios, medios de prensa y militares retirados, que apoyan a Fujimori, apuestan a que pueda ganar la polémica de mañana, por la locuacidad y experiencia de quien ha participado antes en dos campañas presidenciales fracasadas y en dos debates, frente al menor recorrido de Castillo.

Los consejos abundan y las cartas argumentales de Fujimori están abiertas: promesas que hasta economistas neoliberales consideran populistas y demagógicas, y anticomunismo en su versión local de ‘terruqueo’, consistente a asociar en falso al terrorismo con los progresistas y, con más énfasis en esta campaña, a Castillo y su partido, Perú Libre. ‘El debate será fundamental’, declaró Fujimori, alentada por la percepción de que ganó en el debate entre equipos técnicos de los dos candidatos.

El analista político Fernando Tincopa sugirió a Castillo que mantenga el mensaje contra la corrupción, a la cual la mayoría asocia a su adversaria, y la contradicción pobres-ricos y pueblo-elite, temas por los que se ha convertido en símbolo de los humildes.

Para la politóloga Paula Távara, Castillo debe actuar con moderación ideológica, con la ventaja que le da su primer lugar en los sondeos, ‘pese los diversos errores o problemas que ha tenido su campaña’.

Entretanto, en Washington, el economista neoliberal Hernando de Soto convocó a una reunión internacional sobre la ‘Trampa 22 electoral en Perú. Una cabeza de playa del extremismo en América Latina’, que evoca la frase en inglés ‘Catch 22’, es decir un dilema en el que las dos opciones son malas.

La cita se realizará el 15 de junio y los organizadores han invitado al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y los exgobernantes de Estados Unidos William Clinton y George W. Bush, así como al diputado europeo derechista Guy Verhofstadt.

Soto dijo que el objetivo de la reunión es evitar que Perú pueda ser la ‘cabecera de playa de un renovado intento comunista para controlar Latinoamérica’.

La fecha escogida, después de las elecciones, tiene que ver con el anuncio de Soto, tras la primera vuelta electoral, de su viaje a Washington a llamar la atención sobre lo que calificó peligro de que Perú se convierta en país comunista.

El supuesto riesgo, según el personaje fracasado como candidato presidencial en los comicios peruanos, se daría si gana Castillo, pero también si venciera Fujimori, pues en cuestión de meses sería depuesta por las protestas sociales que provocaría.

Entonces planteó que para evitarlo, era necesaria la presión externa que obligue a una eventual presidenta Fujimori a adoptar el plan de ‘capitalismo popular’ del economista neoliberal.

Sin embargo, la cita parece ir más allá y avizorar el uso de la fuerza, pues solo así se explica la participación de los exgenerales de la Policía antiterrorista Marco Miyashiro, y del Ejército, José Williams Zapata, así como a dos exjefes de grupos civiles armados que combatieron al grupo Sendero Luminoso.

rc/mrs

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