Él está nervioso y ella, como si nada

Las ilusiones de Kimberly Cedeño de tener una boda de ‘cuento de hadas’ se evaporaban en cuanto se metía las manos a los bolsillos.

Tanto a ella, como a su prometido, Julián Campos, se les juntó todo hace un año: él le pidió matrimonio, el carro se les dañó, se fueron a vivir juntos y esto “nos dejó literalmente ‘chiros’”.

La joven, quien es bailarina profesional y participante de reality, llegó a pensar que la unión junto al amor de su vida se resumiría en ir al Registro Civil y ya.

A un día de su casamiento, que será transmitido en televisión, los novios confesaron a EXTRA que inicialmente sintieron recelos de que este evento fuera expuesto en el programa en el que participan, pero que finalmente les quitó un peso de encima.

A cambio de dejar que las cámaras capten todo, Canal Uno, donde laboran, se ha encargado de casi todos los preparativos, tanto en organización como en materia económica y esto retomó el anhelo de Campanita, como conocen a la joven, de su boda de ensueño.

“Hay cosas muy personales, como los anillos, que sí han corrido por nuestra cuenta”, precisa Julián, quien es el más nervioso de los dos por dar el ‘gran paso’.

Pocos cambios

Campanita está tranquila. Como ya viven juntos desde hace un año, cree que nada va a cambiar y de su soltería extrañará poco.

Su faceta hogareña se ha complicado, como en toda relación, pero han sabido afrontar todos los problemas y por eso están seguros de pasar al ‘grupo de los serios’.

Rememoran que al principio, hubo días en los que no tenían ni para comer y tuvieron que acudir donde la mamá de Kimberly, cuentan entre risas.

Julián, quien es de Colombia, confiesa que se tuvo que adaptar al orden excesivo de su prometida, pero, en resumen, la convivencia la han llevado de la mejor forma.

También han hablado de hijos, que esperan no tarden en llegar, aunque saben que es una responsabilidad aún mayor.

“Hay mujeres a las que le choca casarse y saber que se van a convertir en amas de casa, pero a mí no”, dijo la risueña integrante de BLN, la competencia.

Julián la escucha atentamente y asiente, porque se consideran una pareja hogareña y destaca que su novia le ha ayudado a mejorar en muchos aspectos, uno de ellos, el amor por los animales.

A lo único que le teme es a equivocarse, porque ambos son creyentes y para ellos la bendición de Dios es lo único que le faltaba a su relación sentimental.

Querían invitar a todo el mundo

Los novios coinciden en que todo lo preparado por el canal es de su agrado. Lo único que les dejó un mal sabor de boca es que no pudieron invitar a más de 150 personas a la unión.

“Si fuera por mí, invitaba a todo el mundo. Quiero que hasta el público esté allí”, menciona Campanita.