Las baterías de los coches eléctricos con otro problema
Las baterías de los coches eléctricos con otro problema. Frío. Hielo. Calefacción. Y «ay, ay, ay, que no llego al punto de carga«. Un tema recurrente entre los coches eléctricos cada vez que las temperaturas bajan y el vaho de nuestras respiraciones ya es una constante en nuestras calles: ¿consumen más los coches eléctricos cuando llega el invierno? Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
La respuesta es sí. De hecho, tanto coches eléctricos como vehículos de combustión consumen más combustible o electricidad cuando el frío arrecia. La pregunta aquí es: ¿cuánto más consume un coche eléctrico? La Universidad de Weimar se ha propuesto resolverla.
Un 28% más de consumo
Según recoge la revista alemana Auto Straßenverkehr, y se han hecho eco diversos medios, la Universidad de Ciencias Aplicadas de Weimar en Alemania ha estado trabajando durante todo un año con el Volkswagen ID.3. En invierno, primavera, verano y otoño. Un test que ha superado los 30.000 kilómetros y que ha arrojado resultados interesantes.
El más llamativo es el de que el Volkswagen ID.3 consumió un 28% más en los meses de invierno que de verano. Esto se tradujo a que mientras que en los meses de verano limitó su consumo a 13,3 kWh/100 km, en invierno esta cifra creció hasta los 17 kWh/100 km. Una variabilidad a tener muy en cuenta.
Pese a todo, los datos finales sostienen que, de media, el compacto eléctrico de Volkswagen quedó en 14,4 kWh/100 km, un cifra que está muy alejada de la eficiencia de un Volkswagen Golf TDI que probaron al mismo tiempo y que también fue puesto a prueba durante más de 30.000 kilómetros.
El vehículo de combustión necesitó consumir 49,7 kWh/100 kilómetros y en invierno 52,2 kWh/100 km. La diferencia entre ambas cifras es muy inferior que en el caso del coche eléctrico, pero demuestra la ineficiencia de un motor de combustión frente al de un coche eléctrico, que necesita mucha menos energía para moverse.
El problema del invierno
Si los coches eléctricos sufren en invierno y su autonomía cae al mismo ritmo que caen las temperaturas es porque no generan calor suficiente. En un coche de combustión, el calor del propio motor ayuda a que la calefacción haga su trabajo y mantenga el habitáculo en un ambiente agradable.
Esto no pasa en un coche eléctrico, cuyos motores no generan tanto calor. Por tanto, para poder mantener el calor en el interior del coche, el vehículo necesita utilizar la energía eléctrica de la batería y, así, poder calentar el habitáculo. Un problema que impacta directamente sobre la autonomía del coche.
Si echamos un vistazo a otras pruebas, en Forococheseléctricos.com realizaron un test con un Smart EQ Fortwo. Un coche con una batería muy pequeña y pensado para el uso urbano al que sacaron de su zona de confort y lo metieron por carreteras secundarias en invierno. El resultado es que consumió un 18% más con al calefacción encendida que sin ella.
Pero en las redes sociales también hemos visto algunos usuarios que quieren salir al paso de estas informaciones y están publicando sus consumos en invierno. Es el caso de este conductor de un Tesla Model S, quien asegura que con cinco personas a bordo y en un camino a la Sierra de Madrid, el consumo medio sólo ha subido de 17 kWh/100 km a 18,1 kWh/100 km. Otros usuarios no son tan optimistas, como este propietario de un Tesla Model 3 que utiliza como taxi.
Como vemos, el invierno puede ser un problema para los usuarios de coches eléctricos pero, lo que realmente marca la diferencia es una bomba de calor. Los vehículos que cuentan con una son capaces de calentar el interior del coche sin que la autonomía del coche descienda drásticamente. Un añadido que se estima que mejora la autonomía del coche en un 15% y que debería tener un mayor impacto cuanto más frío hace en el exterior.
Aunque es un añadido que cuando se ofrece como opcional suele añadir más de 1.000 euros adicionales al precio de la compra del coche, su compra es muy recomendable pues el impacto que tiene sobre la autonomía es muy alto y puede ser la diferencia de contar o no con unas decenas de kilómetros que pueden ser esenciales para llegar hasta el próximo punto de carga.