La universidades tomarán su propio examen de admisión
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La universidades tomarán su propio examen de admisión
Alejandro Ribadeneira, secretario de Educación Superior habla sobre el futuro de la Senescyt y las trabas en Ecuador para que las universidades abran nuevas carreras, relacionadas con innovación.
Uno de los ofrecimientos de campaña del presidente, Guillermo Lasso, fue eliminar el examen de admisión a la universidad para ser bachiller e incluso la misma Secretaría que regula la educación superior Senescyt. A un año de mandato hubo un cambio en el examen que ahora se llama Transformar y mide aptitudes.
Alejandro Ribadeneira, secretario de Educación Superior, conversa con LA HORA sobre el futuro de la Senescyt y las dificultades de las universidades para modernizar su oferta académica.
P: ¿Desaparecerá la Senescyt como ofreció el presidente Guillermo Lasso en campaña?
Es un anhelo del Presidente. Yo solo tengo la obligación de entregarle la información necesaria para que él (Guillermo Lasso) pueda tomar una decisión bien informada.
P: Entonces, en un momento de estos años de Gobierno, ¿se planificará que desaparezca Senescyt?
Esas decisiones están en manos de la más alta autoridad. Yo no podría emitir una opinión de si se cerrará en un año, en dos o en tres.
P: ¿Cuál sería el conflicto por el cual ofrecer el cierre?
Cuando iniciamos nuestra gestión encontramos una Senescyt muy burocratizada, muy lenta. Yo diría hasta opresiva con respecto a los usuarios. Hoy tenemos procesos más dinámicos. Todos los procesos son on-line, excepto dos que son: la comprobación de la veracidad de la documentación de títulos extranjeros y los juicios de coactiva.
P: Además de los trámites, lo que preocupa es la falta de cupos. ¿Qué se está haciendo sobre este tema?
Se han incrementado más de 40.000 cupos para que los estudiantes puedan ingresar. Es imposible subir la oferta académica de golpe. Ese es un proceso que tiene que ser ordenado.
Actualmente hay 240.000 cupos para la universidad pública.
P: ¿Es estricta responsabilidad de Senescyt el aumento de cupos?
Son las propias instituciones de educación superior, en uso de su autonomía, las que ofertan el número de cupos que corresponden a las carreras que administran.
P: ¿Es por esa autonomía que buscan que el examen de admisión lo tome cada universidad? ¿Cuándo pasará?
Es un proceso ordenado. Para nosotros sería sencillo decir que a partir de este próximo semestre vamos a dejar de tomar el test Transformar. Pero eso sería irresponsable, porque hay universidades que sí están preparadas para asumir esa tarea y hay otras que no. Vamos a hacer un acompañamiento a las universidades que no pueden tomar el examen de admisión; pero no más allá de 2023.
P: ¿Qué pueden hacer las universidades que no hagan el test Transformar?
Este test es la única manera en la que nosotros podemos establecer si un aspirante a ingresar a la educación superior tiene las competencias básicas suficientes. Pero no podemos garantizar que el estudiante que tiene esas competencias básicas está capacitado, con los conocimientos adecuados, para ingresar– por ejemplo– a la carrera de medicina. Eso cae dentro del ámbito de la autonomía académica de las universidades.
P: ¿Qué resultados nuevos han visto con este test que remplazó al Ser Bachiller?
Hay algunas sorpresas que vale la pena recalcar. Una es que el puntaje promedio entre postulantes del sector rural y urbano es exactamente el mismo. Es sorprendente, porque siempre se había manifestado que quienes están en el sector rural están menos preparados. Es porque este es un examen de actitudes más que de conocimientos.
P: ¿Se continúan eligiendo las carreras tradicionales?
Sí. Derecho, Medicina, Enfermería, Educación Básica y Media. Entonces, se saturan los cupos en esas carreras. Solamente para darle un ejemplo, en la carrera de Medicina habían 985 cupos en el primer semestre del año pasado y más de 10.000 estudiantes apuntaron a esa carrera como primera opción.
P: ¿Cómo quitar este ‘chip’ de elegir siempre esas carreras?
A eso debemos ir apuntando, a que el estudiante escoja una carrera que le garantice conseguir empleo en el menor tiempo posible. No es culpa del estudiante, las universidades se ven coartadas en proponer, porque es tan complejo el sistema de aprobación de carreras nuevas y pertinentes. Es muy complejo y rígido.
En otras partes del mundo, donde no hay estos reglamentos asfixiantes, hay universidades que ya ofertan carreras relacionadas al manejo de datos, ‘big data’, internet de las cosas.
P: ¿Y qué se hace para modificar esta normativa?
Estamos trabajando en una reforma. La única cosa que estamos esperando es que el señor Presidente de la República emita, a través de un decreto, el nuevo reglamento de la Ley Orgánica de Educación Superior.
P: ¿Qué carreras son las que no se escogen en el país?
Gerencia y Liderazgo, Gestión de Innovación, Gestión Deportiva, Psicología Educativa. Los estudiantes no están aspirando a carreras de Tecnología e Innovación. Hemos hecho una enorme promoción para fomentar las carreras técnicas.