La selección uruguaya arribó ayer a Nizhni Nóvgorod, al este de Moscú, sin contratiempos y con el ánimo más alto que nunca de cara a su debut en la Copa del Mundo 2018 ante Egipto, en cinco días.

El equipo charrúa pisó suelo ruso a las 18:00 locales (10:00, de Ecuador), en medio de los aplausos de los hinchas locales, y partió rumbo a su búnker de concentración ubicado a unos 20 kilómetros de Nizhni.

Luis Suárez y Edinson Cavani acapararon las miradas de los hinchas que se acercaron al aeropuerto para darle la bienvenida al equipo. Los dirigidos por Óscar Tabárez realizaron un viaje directo de 16 horas desde Montevideo.

Con Mohamed Salah aún en duda por lesión, Egipto es el primer escollo que tendrá la Celeste en la Copa del Mundo, el próximo 15 de junio.

Cinco días después enfrentará a Arabia Saudí y cerrará su participación en la serie ante Rusia, un camino que lo llevará a recorrer miles de kilómetros, ya que ninguno de sus partidos se disputará en la ciudad donde instaló su concentración.

Vadim y Danilo, dos adolescentes rusos, fueron los más entusiastas en la llegada del campeón del mundo en los mundiales de 1930 y 1950.

Uruguay “es un buen equipo y Suárez un gran jugador”, dijo a la agencia AFP Vadim, luego de aguardar por algunas horas la llegada del plantel con fotos de los jugadores celestes en sus manos, pero partieron sin conseguir un autógrafo. (D)