La DGT no permite vocales o ciertas consonantes en sus matrículas
El 18 de septiembre de 2000 es una de esas fechas que bien merece entrar en la micro crónica doméstica de la movilidad. Queda ya tan atrás en el calendario que quizás no lo recuerdes, pero ese día los españoles empezamos a despedirnos de nuestras viejas matrículas, aquellas que arrancaban con una M, CS o PO para identificar la provincia del vehículo e iban seguidas de un código con unos cuantos dígitos y letras. Si bajas a la calle es probable que todavía te encuentres con alguna la DGT. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
La fecha es un dato curioso, sin más, pero que tal vez lo que sí te sorprenda es que el vehículo que estrenó ese nuevo sistema de registro, un elegante Mercedes 230-SL de 1981 rematriculado, no recibió la placa “E 0000-AAA”, como, en buena lógica, le correspondería al ser el primero.
Lo que incluía aquella primera matrícula tras esa “E” blanca y serigrafiada sobre fondo azul que identifica que la matrícula procede de España es el código “0000-BBB”. Entonces… ¿Qué había pasado con toda la serie previa, que incluía la letra A? ¿Se reservó para coches exclusivos?
No. La respuesta es mucho más sencilla. No la usamos.
Y no la usamos porque, simple y llanamente, las matrículas que empezamos a expedir hace más de dos décadas no incluyen vocales. Ni ciertas consonantes. El nuevo código las ha desterrado.
La DGT – Cuestión de decoro
Las matrículas estrenadas en septiembre de 2000 y que España adoptó para converger con el modelo europeo incluyen una primera letra blanca sobre una banda azul que identifica al país, cuatro números y tres consonantes. En conjunto forman el peculiar DNI de cada vehículo. Los considerados «normales» siguen un código; otros, como quads, taxis, VTC o coches diplomático tienen el suyo.
La DGT precisa que sus posibles combinaciones dejan margen suficiente para mantener el sistema durante cuarenta años sin necesidad de volver al número de partida ni cambiar el sistema.
Aún así… ¿Por qué no ampliar su capacidad incluyendo también las vocales?
Pues casi por una cuestión de decoro.
Puede sonar raro, pero lo que las autoridades han querido evitar, como reconocen en la propia revista de la DGT, son “combinaciones malsonantes y siglas que tuvieran algún tipo de significado”. Dicho de otro modo, las autoridades han querido evitar que se nos escape una risita al ver que el coche de enfrente luce en la matrícula ANO, PIS, PEO o palabras similares. Con la fórmula también frustraron que hoy podamos conducir vehículos con nombres de personas, como EVA o ANA.
El motivo por el que se ha dejado fuera determinadas consonantes es mucho más práctico.
No te encontrarás con matrículas que incluyan la Ñ porque las autoridades podrían confundirla llegado el caso con una N. Lo mismo podría ocurrir con la Q, por posibles equívocos con la letra O o el número 0, precisan desde la Dirección General de Tráfico. La LL y CH están fuera también de la lista por incorporar dos caracteres y ser incompatibles con el diseño actual de las matrículas.
Quedan excluidas del club de las matrículas, por lo tanto, nueve letras: A, CH, E, I, LL, Ñ, O, Q y U.
A los nostálgicos de las vocales, eso sí, siempre les queda la posibilidad de acercarse a lugares como Pontevedra, por ejemplo, y esperar que pase un coche matriculado hace más de 22 años.