El sector de la construcción es uno de los más golpeados por la crisis económica y la pandemia del COVID-19

La crisis económica del sector de la construcción no es nueva. En el 2018 cayó un 4% del PIB (Producto Interno Bruto, que es el valor monetario de los bienes y servicios producidos en un año para demanda final), en 2019 un 5% y este año se espera una caída del 9%.

“De marzo a junio del 2019 se facturaron $ 523 millones y en el mismo periodo de este año apenas $ 236 millones, allí está el tremendo impacto de la pandemia que significó una facturación menor del 55% y la pérdida de 75 mil empleos directos, que incluye solo a los trabajadores que están en las obras, excluyendo al personal que labora en las productoras de materiales, pintura y revestimiento; un efecto crítico”, dice Carlos Repetto, presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil.

La activación se espera de medidas como la creación de un fideicomiso integrado por bancos, cooperativas y el Estado, financiado con créditos internacionales que sumaron $ 1.350 millones para otorgar hipotecas del programa Casa para Todos.

Hasta octubre estaban disponibles $ 1.150 millones. “Hay mucha burocracia, tramittología, y la capacidad de pago de las personas tiene límites a pesar de que estos planes de vivienda de interés social tienen una tasa preferencial del 4,9%, de interés con hipoteca de 25 años plazo, pero hay familias que no cumplen con los requisitos”.

La caída del sector responde, dice Repetto, a la pérdida de recursos estatales que conllevó a menos inversión en obra pública por parte del Gobierno central y los municipios.

Un análisis del Fondo Monetario Internacional indica que pasar a ser un país menos corrupto puede aumentar los ingresos del gobierno del 2% al 4% del PIB, entre $ 2.000 y $ 4.000 millones. “Las pérdidas por corrupción oscilan entre el 10% y 30% de los gastos de las compras públicas”, dice Repetto.

Opciones de planes habitacionales

Los proyectos habitacionales Mi Casa Mi Futuro, que promueve el Municipio de Guayaquil a través de la Empresa Pública Municipal de Vivienda junto al sector privado, están ubicados a la altura del km 23,5 de Vía a la Costa, en Chongón.

Las casas cuestan desde $ 36.990 (una planta), con cuotas a partir de $ 125 mensuales.

Lizardo Loor, de 34 años de edad, quiere adquirir una de estas viviendas. Antes cubrió la entrada de una de otro plan habitacional que pagó en 18 meses, pero cuando le tocaba la entrega pues le pidieron más tiempo, ya que no estaban listas.

“En ese entonces desistimos de comprar y nos devolvieron; ahora vengo al plan municipal en Chongón en busca de más seriedad”, asegura.

Una casa es una inversión a largo plazo, ya que difícilmente pierde plusvalía, lo que puede ocurrir por causas como la mala calidad de la construcción, que el barrio donde se construyó se vuelva inseguro o que el acceso se vea afectado por la construcción de un paso a desnivel.

Los acuerdos con promesas de compraventa ya firmadas pueden caerse, ya que al iniciar los trámites hay viviendas con ampliaciones interiores realizadas sin tener los permisos respectivos que se exigen, por ejemplo, al momento de tramitar un crédito con el Biess.

Un cambio mínimo o ocupar áreas o paredes que no les corresponde sin la debida justificación legal pues implica que al dueño vendedor le toca pagar una multa cuando los municipios hacen la inspección respectiva. (I)