Jordi Cruyff ya debería estar trabajando (como DT de la Selección). No lo vemos acá. Si bien es cierto que hay futbolistas ecuatorianos en el extranjero, la mayoría están en México. Hay poco en Europa, como Felipe Caicedo (Lazio, de Italia), pero casi todos están por acá, en América.

Nuestros futbolistas no están activos en el campeonato nacional, que está por empezar (el 14 de febrero), y lo que menos tenemos es tiempo. Puede ser un ejemplo la Tricolor sub-20, que fue campeona del Sudamericano y tercera en el Mundial de su categoría, pero en un año no se hizo nada con esos chicos para potenciarlos y así llegar mejor al Preolímpico de Colombia.

Se descuido esa parte del trabajo y ocurrió lo que ocurrió en el Preolímpico, donde fue muy penoso ver que muchachos con gran futuro regresaron al país sin un punto, sin un gol a favor y con el último puesto en el torneo.

Eso no nos debe pasar con la mayor (en la eliminatoria). Esperemos que se saque alguna experiencia de lo que nos pasó con la sub-23 y hacer un mejor papel con la Selección absoluta. Y no debemos depender solo del trabajo de Cruyff; creo que también la Federación Ecuatoriana de Fútbol debería hacer algo.

La FEF podría estar potenciando a los chicos en la parte intelectual y la mental; darles charlas, tenerlos juntos. Algún asistente de Cruyff podría trabajar con ellos en microciclos. Y si no está el principal, sus colaboradores deberían estar en el país, y si tampoco están ellos, podría hacerlo Jorge Célico. No hay que dejar que estén inactivos los jugadores de la sub-23; hay que juntarlos y trabajar con ellos.

Sobre Felipe Caicedo no sabemos cuáles son los motivos de su renuncia a la Selección. No conocemos si le pasó algo a nivel dirigencial con esta directiva de la FEF o con la anterior. No sé a qué se deba su enojo. En la parte deportiva él está en un gran momento y hace goles.

Hay razones personales que no conocemos, pero en cierto momento estuve de acuerdo con el discurso de Francisco Egas cuando dijo que no hay que rogarles a los futbolistas que vengan a la Tri; eso debe nacer de un sentimiento interno.

Si bien la Selección no es un símbolo patrio, puedo decir que es lo mejor que me pasó en mi vida deportiva. No fue cuestión de vida o muerte, pero jugar ahí me cambió la vida y me enseñó mucho. Me hizo sentir algo muy profundo en el corazón estar en el Atahualpa totalmente lleno, de color amarillo y cantar el himno. Aún se me pone la piel de gallina. Si me preguntan cuál es mi mejor recuerdo, digo haber representado a mi país, haber vencido a Brasil por primera vez.

A ningún jugador hay que rogarle que venga a servir al país; eso debe nacer del deseo propio del futbolista. Esperemos que Felipe pueda darle los últimos años de su vida deportiva a la Selección. Puede haber errores de parte y parte, pero ojalá se limen asperezas y podamos recuperar para la Tricolor a un gran jugador como Felipe.

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Fuente: eluniverso.com

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