Honor Magic5 Pro análisis uno de los exponentes

Honor Magic5 Pro análisis uno de los exponentes

Honor Magic5 Pro análisis uno de los exponentes. Si quieres ganar en la gama premium, tienes que ganar en fotografía. Los retos a superar en pantalla, procesador y componentes de primera línea parecen controlados por la mayoría de fabricantes, pero ser el mejor (o al menos, claramente de los mejores) en el apartado fotográfico no es una tarea tan sencilla. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.

Me ando sin rodeos: Honor ha conseguido superar este reto con su Magic5 Pro. La heredera espiritual de Huawei en España ha creado uno de los dispositivos más ambiciosos en la gama premium. Toda una sorpresa que planta cara sin miedo alguno a los mejores exponentes de su segmento, y en cuyo análisis te desgranaré sus principales argumentos de compra.

Ficha técnica del Honor Magic5 Pro

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Diseño: dando lecciones desde antes de usarlo

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El Honor Magic5 Pro es uno de los teléfonos que más me ha gustado a nivel de diseño en lo que llevamos de año (al menos en su parte trasera). El tratamiento de su pintura es de los mejores (si no el mejor) que he probado en la gama alta premium. Al menos en esta unidad en color verde hablamos de un tratamiento mate que repele por completo las huellas y suciedad, logrando así mantenerse limpio por más que lo usamos. Pareciera un detalle menor, pero la tónica habitual es encontrarnos con terminales que se ensucian, y no poco, a los pocos segundos de utilizarlos. Utilizar cristal no es excusa para que el móvil se ensucie, y este Honor es la prueba.

Una pega reseñable en diseño tiene que ver con el peso del módulo de cámara: desequilibra el dispositivo, que tiende a inclinarse hacia delante.

Además de esto, el teléfono se siente premium por sus laterales acabados en aluminio. La principal pega que le he visto es la misma del Xiaomi 13 Pro: el módulo de cámara es tan descomunal que el teléfono tiende a precipitarse por su parte superior, al tener esta más peso. Hay terminales como el Vivo X90 Pro que, pese a tener un módulo enorme, superan este reto del equilibrio de masas. No es el caso de este Honor.

Al darle la vuelta, llegan las sensaciones encontradas. Hablamos de un móvil con doble agujero frontal en el lateral izquierdo, una solución que Huawei y Honor han implementado históricamente para resguardar sus dos cámaras frontales. A nivel estético no termina de convencerme, pero en tiempos de frontales clónicos con curvatura lateral y agujero centrado, supone un pequeño respiro a nivel visual contar con una solución diferente. Además, más adelante explicaré por qué ha sido necesario hacer este sacrificio.

La intensa curvatura del panel y el doble agujero lateral penalizan el diseño final
La otra pega recae sobre la curvatura de su panel: bastante acusada. Si te gustan este tipo de paneles, estás de enhorabuena. Si, como servidor, prefieres los paneles planos, no te encontrarás del todo cómodo. Más adelante te hablaré sobre cómo penaliza este tipo de soluciones la experiencia de usuario.

En resumidas cuentas, estamos ante un móvil que, por su parte trasera, convence. El módulo de cámaras es gigantesco pero las fotografías no le hacen justicia: está muy bien integrado en el cuerpo del teléfono. La curvatura frontal y el doble agujero pueden no funcionar a nivel visual para algunos usuarios

Pantalla: fiesta de nits, resolución correcta

El panel de este Honor Magic5 Pro es bastante peculiar. Estamos ante 6,81 pulgadas, con tecnología LTPO OLED, tasa de refresco máxima de 120Hz (mínima de 1Hz) y compatible con HDR10. La principal ventaja es que el pico máximo de brillo es de 1.800 nits (solo para contenidos HDR). El panel se ve bastante bien al sol, aunque el pico alcanzado aquí ronda los 1.300 nits. Esta guerra por el brillo es definitiva en 2023: los móviles que se sumen a la moda de acercarse a los 2.000 nits son los únicos con capacidad para tener algo que decir en pantalla.

A pesar de no ser Quad HD+, el panel del Honor Magic5 Pro es sobresaliente
La peculiaridad del panel recae en la resolución: hablamos de 2.848 x 1.312 píxeles. No es un panel Quad HD+, pero tiene mayor densidad que los habituales ‘FHD+’. Es un teléfono con 460ppi, una cifra superior que prácticamente todos sus rivales que quedan por debajo del Quad HD+, aunque aún lejos de los 500ppi de móviles como el Galaxy S23 Ultra.

La pantalla me ha gustado. A nivel de resolución no echo en falta más: es nítida, mucho. A nivel de color, brillo máximo e interpretación general, es un panel que compite con lo mejor del mercado, con el único pero del tener que acostumbrarnos a un doble agujero que está en el lateral. El agujero central, la isla dinámica o el notch son soluciones también intrusivas, pero al estar centradas en la parte superior del panel acaban por “desaparecer” a los minutos de uso.

A nivel de configuración, podemos retocar al gusto el balance de blancos, así como el modo de color de la pantalla. Tenemos también múltiples opciones para configurar a nuestro gusto los modos de protección visual, algo especialmente importante si pasamos largas jornadas frente al teléfono.

Sonido: potente, pero descafeinado

El sonido de este dispositivo es correcto, pero no se llevará la victoria en este terreno. El volumen máximo es bastante alto, aunque la distorsión aparece de forma notable cuando superamos aproximadamente el 80% del volumen máximo. Como es habitual en la gama más alta, no hay rastro del jack de auriculares.

Rendimiento: muy bueno, aunque no brillante

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El Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2 es una de las mejores generaciones de Qualcomm en la gama premium, siempre y cuando se sepa gestionar térmicamente. Este procesador llegó para acabar con los problemas de throttling que tanto acusaba el Snapdragon 8 Gen 1, y la mayoría de teléfonos en la gama alta han logrado sacarle un buen partido. Tanto es así, que fabricantes como OnePlus logran cifras de un 99% de rendimiento sostenido de la GPU tras casi media hora de uso.

No es este el caso del Honor Magic5 Pro. El terminal, en uso diario, se mueve de forma espectacular: es rápido, fluido y mueve juegos con gran soltura. Es lo que esperamos de un gama alta, pero los test sintéticos nos chivan que no estamos ante el Snapdragon 8 Gen 2 más aprovechado.

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En el test de throttling de CPU no acusa estrangulamiento térmico, pero hay truco: el procesador rinde algo por debajo de sus capacidades máximas para no calentarse. Otros rivales logran cifras más altas a nivel de GFLOPS sin sufrir throttling, por lo que el Honor queda un pequeño paso por detrás.

La prueba de GPU de 3DMark nos indica lo mismo: en este caso el rendimiento cae hasta el 66%, una de las caídas más acusadas que hemos visto hasta la fecha con este procesador. Este dato es especialmente relevante cuando lo comparamos con su competencia, ya que se traduce que tras unos 20 minutos de uso el procesador no es capaz de rendir al máximo y tiene que bajar un par de marchas para no quemar más de la cuenta.

El resumen es que, si te haces con este teléfono, no tendrás el más mínimo problema de rendimiento, pero poniendo en contexto con su competencia es relevante recalcar que aún tiene margen para mejorar su desempeño bruto.

Un sistema biométrico de nivel

Este teléfono tiene la particularidad de contar con dos perforaciones en su parte frontal. Y está justificado. El Honor Magic5 Pro, además de tener una cámara selfie, cuenta con un sensor ToF 3D que nos permite añadir una capa extra de seguridad al reconocimiento facial. Queda así por delante de todos los rivales directos en Android que ofrecen “Face ID”, pero mediante sistemas 2D muy débiles a nivel de seguridad.

Junto a este ToF 3D tenemos también un sensor de huellas ultrasónico bajo la pantalla. Pese a usar la tecnología correcta, ni es lo suficientemente grande como para captar el dedo pulgar en prácticamente cualquier posición, ni es lo bastante rápido como para luchar por el podio biométrico. No obstante, el reconocimiento facial funciona tan bien que hemos acabado empleándolo siempre.

Magic UI 7.1 sobre Android 13: una relación… curiosa

El apartado del software es uno de los puntos que menos me convence en las propuestas de Honor. Es, siendo honesto, la versión adaptada de EMUI al mercado europeo. La interfaz tiene un lenguaje de diseño muy alejado del Material You de Google. No hay rastro de temas automáticos, el launcher mantiene la estructura de cuatro iconos por fila tan propia de las ROMs con aire asiático y, en general, echo en falta algo más de limpieza a la hora de tratar el UI.

  • Facebook
  • Booking
  • Netflix
  • TrainPal
  • Trip.com
  • WPS Office

La lista de bloatware, por suerte, no es demasiado amplia. Todas estas apps se pueden desinstalar sin problema, al contrario que la mayoría de apps nativas de Honor. Estas últimas son especialmente buenas, así que no hay mayor problema con su presencia

A nivel funcional es una ROM muy completa, con temas y widgets propios, aplicaciones y servicios para tratar de crear su propio ecosistema, y una estabilidad general bastante buena. Quedará por ver cómo queda el tema del soporte y el ritmo de actualizaciones con los parches mensuales, donde Google y Samsung lideran. Sobre decir que, siendo un Honor, tenemos acceso a todos los servicios de Google sin problema alguno, ya que a esta compañía no le afecta el veto de Estados Unidos a Huawei. El teléfono llega con Android 13, lo esperable en un teléfono de gama alta.

Autonomía: excelentes noticias

El Honor Magic5 Pro cuenta con una batería de 5.100mAh, una capacidad ligeramente superior a la de sus rivales directos. Los datos de autonomía son sencillamente brutales: este teléfono se catapulta hacia las 8 horas de pantalla sin problema alguno. Nuestro uso ha sido bastante intensivo, con benchmarks, juegos y reproducción multimedia, principalmente con todo el ciclo bajo WiFi. Con uso más moderado podemos superar esta cifra.

Más batería y menor carga rápida. No me importa subirme a este barco
Honor ha tomado la decisión adecuada: ha renunciado a la carga ultrarrápida para ofrecer una mejor autonomía. ¿Por qué sucede esto? Te recomiendo leer esta pieza en la que detallo por qué si queremos tener sistemas de carga cada vez más rápidos, renunciar a la capacidad de la propia batería suele ser el principal sacrificio.

En este caso, pasamos a tener 66W, frente a los 100W de la generación pasada. En lo personal es algo que no me importa lo más mínimo: la enorme batería de este teléfono se carga en tan solo 30 minutos. Si queremos cargar el 50%, con un cuarto de hora tenemos suficiente. El móvil se carga al 100% en 48 minutos.

Entre tener una batería pequeña que se cargue en unos 15 minutos y una batería enorme que tarde algo más yo lo tengo claro. Queda en manos del resto de usuarios considerar si ese ha sido o no un buen movimiento. Para complementar este apartado, Honor dota al Magic5 Pro de carga inalámbrica de 50W, así como de 5W para cargar otros dispositivos de forma inalámbrica.

Cámara: toda una apuesta por el músculo

Honor apuesta todo a la fotografía con el Magic5 Pro, y la configuración de sensores es prueba de ello.

  • Sensor principal de 50 megapíxeles, apertura f/1.6, 23mm (angular), tamaño 1/1.12, OIS
  • Sensor teleobjetivo de 50 megapíxeles, apertura f/3.0, 90mm (periscópica), 3.5x aumentos ópticos, OIS
  • Sensor ultra gran angular de 50 megapíxeles, f/2.0, 13mm (ultra gran angular).
  • Todos los sensores del teléfono son de 50 megapíxeles y el principal roza la pulgada de tamaño. No es el sensor más grande de la gama alta, ni se hace necesario visto lo difícil que es aprovechar al 100% tal superficie.

Antes de hablar de los resultados, repasemos la aplicación de cámara. Aquí nos encontramos con lo que ya habíamos visto en generaciones pasadas. Una interfaz bastante completa, con el carrusel de modos en la parte inferior, algunos ajustes adicionales como el flash, filtros o escáner en la parte superior, y opciones más que interesantes como el supermacro o blabla.

La app funciona bastante bien y sin retrasos, aunque el tiempo de disparo no es el mejor que haya visto. Creo también que se hace necesario un lavado urgente de cara con miras a la interfaz. Luce bastante antigua, recordándome a aquellos menús de los Huawei/Honor de hace 2 o 3 años.

Cámara principal

La cámara del Honor Magic5 Pro es buena. Aunque tiene todo lo que se le pide a un sensor de este tamaño y, a su vez, todo lo que no le pido a la fotografía computacional. Empezaré hablando de lo bueno. El ejercicio a nivel de colorimetría es muy preciso. No tiende a sobresaturar en exceso, me ha encantado su balance de blancos y el trabajo con el rango dinámico es sobresaliente. No hay quemados, no hay sombras muertas.

Al contar con tamaño sensor, el bokeh natural es bastante agradable, y pocas veces nos darán ganas de usar el modo retrato vistos los resultados en modo automático. Como en todo sensor grande, a veces le cuesta un poco enfocar (pese al apoyo del láser), pero no ha sido problemático en exceso.

El pequeño problema que me he encontrado con esta cámara tiene que ver con algo que no esperaba: reflejos en la lente. Estos se suelen producir cuando la incidencia solar es directa pero, en el caso de este Honor, me ha pasado de forma bastante aleatoria. La lente estaba limpia, he cambiado el ángulo de las fotos… pero en algunas era inevitable.

Estoy acostumbrado a lidiar con los flares tanto en mi cámara Canon como en móviles como el iPhone, que los sufren cuando el sol incide directamente en la lente. Pero en este caso no he encontrado el patrón.

La otra pega que le pongo tiene que ver con… sorpresa, el procesado. El Honor Magic5 Pro es bastante agresivo a la hora de interpretar las fotografías. Fuerza bastante el detalle de forma artificial, trata de disimilar el menor ruido que pueda haber en la imagen (a veces se confunde y suaviza texturas que, simplemente, son rugosas) y comete esos pequeños pecados que no le pido a un teléfono. Si no ampliamos, no apreciaremos esta problemática, pero mis deberes aquí son ir al detalle con las escenas para contarte cómo se desenvuelve.

Los resultados nocturnos son bastante buenos, y la tónica es la misma que de día. Si no ampliamos tenemos lo esperado: fotografías bien iluminadas, con buen balance de blancos y sin la necesidad siquiera de activar el modo noche para obtener una buena cantidad de luz. El problema viene en que, al ampliar, me he encontrado de nuevo con esas texturas algo forzadas.

Las fotografías nocturnas acusan bastante acuarela, ya que el ejercicio de reducción de ruido es contundente. También he tenido ciertos problemas tratando de mantener el foco en el 100% de la foto. Pese a tener OIS, el tiempo de obturación tanto en automático como en modo noche es elevado, por lo que hay que tener especial cuidado para evitar microtrepidaciones que se acaban traduciendo en partes movidas en la imagen.

Zoom y ultra gran angular

Este Honor Magic5 Pro cuenta con un teleobjetivo de 3.5x aumentos ópticos, así como un botón dedicado al x10 digital. El teleobjetivo se comporta de forma más que correcta, da bastante juego a la hora de realizar los disparos e incluso logra mantener un x10 aceptable. Sí que echo en falta cierta nitidez, aunque este problema viene más dado por el procesado artificial que por falta de capacidad en el sensor.

Si bien no me ha gustado esta forma de interpretar la fotografía, el lado positivo es que no encontraremos demasiadas diferencias a la hora de disparar entre un sensor y otro. Pese a ser bastante menos luminoso, es consistente en la iluminación general de la imagen. Es una cámara con puntos a mejorar, pero siempre agradecemos la inclusión de un teleobjetivo cuando hablamos de gama alta.

El ultra gran angular suele ser el punto débil de prácticamente todo teléfono. No es, especialmente, el caso de este Honor. En todo momento se aprecia que el sensor está por detrás del principal, pero es un angular muy digno, con una cantidad más que suficiente de detalle y del que disfrutaremos cuando queramos tener algo más de información en la fotografía.

Modo retrato

El modo retrato realiza un movimiento curioso, el mismo que vimos el año pasado en el Huawei P50 Pro. Pese a que este teléfono cuenta con un teleobjetivo 3.5x, el retrato se hace mediante un recorte x2 digital. Pese a ello, no he notado pérdida de calidad apreciable. Bajo opinión de servidor, además, 50mm es una mejor distancia (para un teléfono) respecto a los más de 80mm de un x3, así que no me parece una mala decisión.

El modo retrato funciona con personas y objetos, regulando relativamente bien el punto de enfoque (tendremos que ajustarlo manualmente si queremos que la fotografía quede perfecta, un punto a mejorar), y el bokeh es ajustable.

Selfie

En el selfie veo bastante margen de mejora. Cuando la luz es intensa, no es capaz de gestionar bien los colores. Me hubiese gustado estar en el Caribe para disfrutar de un mar así de turquesa, pero siento decir que era simplemente azul, y que la cámara estaba sufriendo horrores para dilucidar cuál era el color correcto.

Vídeo

Respecto a la grabación de vídeo, tenemos posibilidad de grabar hasta en 4K (nada de 8K en este dispositivo). El rango dinámico de los vídeos y la interpretación de color nos han gustado. Notamos que no es el 4K más nítido que hayamos probado y los flares de la lente pueden jugarnos algún mal rato, pero es un apartado que queda bien resuelto en términos generales.

Honor Magic5 Pro, la opinión

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Este Honor Magic5 Pro me ha sorprendido, y no porque las expectativas con el mismo fuesen bajas, sino porque la competencia está tan alta que no es fácil brillar en el segmento premium. Este teléfono cuenta con uno de los mejores sistemas fotográficos de la actualidad. No es el rey en zoom ni procesa de la forma consistente que esperaba, pero el músculo del gigantesco sensor se aprovecha bastante bien: el nivel de detalle de las fotografías es impresionante.

En rendimiento, más allá de las pegas que pueda poner por las mediciones sintéticas, no hay mayor pega pensando en un usuario medio. Lo mismo sucede con un sistema biométrico que cumple de sobra, una batería que llega sin problemas a los dos días moderados de uso, una pantalla con un brillo máximo sobresaliente y un diseño distinto a lo que encontramos en el mercado.

El principal punto clave para servidor es que este móvil ha sabido encontrar su hueco en la gama alta. Compite de tú a tú con los mejores, y el argumento de compra recae principalmente sobre su potencial fotográfico. Los 1.199 euros de los que parte son una importante barrera de acceso. Pero si queremos gama premium, el peaje es alto.