La casa de Marisol Altamirano, en el barrio La Dolorosa de la parroquia San Andrés, cantón Píllaro, en el norte de Tungurahua, la tarde del pasado viernes, permanece cubierta con una carpa porque el techo se desprendió como consecuencia de un tornado en la zona a eso de las 16:30.
A través de relato telefónico de la afectada, ella junto a su hija de seis años de edad se encontraba realizando las tareas escolares, cuando presenciaron con asombro y susto, que el techo con todas las vigas se desprendía, mientras pedazos de cemento caían al interior.

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