Reseña y Fotos: CONOR OBERST

Viernes, 30 de enero
El Plaza Condesa
México, DF

EL CONCIERTO

Conor Oberst regresó a la Ciudad de México, apenas unos meses después de su presentación en el Corona Capital 2014, para ofrecer ahora sí un show propio, apoyado por la banda de folk-rock originaria de Los Angeles, Dawes. Conor sigue de gira tras el lanzamiento de su más reciente álbum solista, Upside Down Mountain. De izquierda a derecha en el escenario: Tay Strathairn en los teclados; Conor Oberst en vocales y guitarras; Griffin Goldsmith en la batería y vocales; Wylie Gelber en el bajo; Taylor Goldsmith en la guitarra y vocales. Por cierto, me parece que se me fueron dos canciones en el encore que no figuran en el setlist impreso. Si alguien tiene los nombres, favor de anotarlas en los comentarios.

SETLIST

1. Time Forgot
2. Zigzagging Toward the Light
3. We Are Nowhere and It’s Now
4. Moab
5. Bowl of Oranges
6. Enola Gay
7. Artifact #1
8. Danny Callahan
9. Hundreds of Ways
10. Poison Oak
11. Get Well Cards
12. Something Vague
13. Old Soul Song (For The New World Order)
14. Method Acting
15. I Got the Reason #2

ENCORE:

16. First Day of My Life
17. Soul Singer In A Session Band
18. Another Travelin’ Song

INVITADO ESPECIAL

Dawes tomó el escenario como media hora antes de lo marcado en el boleto. Así que tuvimos una banda enorme dando un show para una audiencia pequeña, lo cual siempre deja un mal sabor de boca. Afortunados aquellos que revisaron los horarios publicados unas horas antes del evento y llegaron al Plaza Condesa temprano. Así pudieron ver a uno de los grupos más precisos y destacados del folk-rock moderno. El líder de la banda, Taylor Goldsmith, se lucía con unos solos de guitarra espectaculares, mientras que su hermano Griffin, hacía lo posible por pegarle a la batería mientras su kit se desbarataba, literalmente. Esta fue la primera visita de Dawes a nuestro país, pero afortunadamente no fue un total desperdicio ya que el grupo regresó más tarde al escenario para acompañar a Oberst, y a la vez, tocar para un público más numeroso.

OPINIÓN

Quizás algunos asistentes se pregunten por qué Conor Oberst se presenta bajo su propio nombre si de todas formas va a tocar varias canciones de Bright Eyes. Después de todo, está desaprovechando el nombre de uno de los proyectos más importantes y prolíficos del indie rock de la década anterior. A pesar de ésto, la verdad es que sin Mike Mogis y Nate Walcott, Conor se niega usar el nombre de Bright Eyes en sus giras, respetando el trabajo de los otros integrantes. Por otro lado, las canciones de dicha banda son temas que él escribió, así que tiene todo el derecho de incorporarlas al setlist de su gira solista.

También tuvimos oportunidad de escuchar algunas canciones de su otro proyecto con The Mystic Valley Band (como «Moab» y «Danny Callahan», nada de «Cape Canaveral» tristemente), por lo que estuvo campechaneando su repertorio a lo largo de la noche; aunque claro, cabe notar que Desaparecidos quedó fuera de la presentación por motivos obvios. Más de diez años después de su primer y único álbum, Desaparecidos regresa con su segundo disco en 2015, incluyendo varias fechas con su vieja banda hardcore. Por supuesto, ya sería un desvío muy radical escuchar algo de Desaparecidos anoche, aunque de vez en cuando, Conor dejaba ver pequeños rastros de su lado emo-punk que tanto extrañamos. Monsters of Folk, otro proyecto notorio con algunos de sus pares, también estuvo ausente… a menos de que se me haya perdido algo.

El hecho de que Conor Oberst haya sido acompañado por Dawes me remite un poco a los años de The Basement Tapes, cuando Bob Dylan reclutó a The Band, un grupo con de trayectoria y reputación, como su banda de apoyo. Aquí tenemos a dos músicos asociados primero con el folk, luego con el rock, y más tarde vuelvan a dar otro giro para ser atraídos por los encantos del country. Bueno, en el caso de Dawes, se trata de un country «alternativo» más apegado al sonido de Wilco o My Morning Jacket que el country-pop moderno. De hecho, los solos de guitarra que Goldsmith desplegaba en el primer acto no figuraban mucho que digamos en el repertorio de Conor. La música del artista de Omaha está más bien inclinada hacia el molde del cantautor, donde las letras toman el primer plano.

Hablando de letras, fue escalofriante escuchar a Conor, solo con su guitarra, tocando «First Day of My Life» en el encore. Fue algo sublime y lo mejor que nos dejó una buena noche.

    

DURACIÓN: 1 hora y 40 minutos
FOTOS: Montserrat Castro (@MonnCastro)
RESEÑA: Blind Eyes (@ShyTurista)

@elyex