Incendio forestal de Pichanillas se declara incontrolable
Esta fuera de control, el fuego ha llegado a las cúspides de las montañas de Girón, Santa Isabel y Nabón.
Los 155 socorristas que desde el miércoles 5 de septiembre lucharon por aplacar las llamas, pusieron todo su esfuerzo, pero el fuego se ha tomado las cúspides: “Son lugares inaccesibles. El riesgo para el personal de socorristas es mayor. Las llamas están fuera de control”, expresó uno de los bomberos forestales.
El fuego ha consumido desde entonces 420 hectáreas de bosques de pino, pajonal, flora y microorganismos irrecuperables. Este desastre natural se registra al sur de Cuenca, cerca del cantón Girón, donde el verdor de la vegetación ha sido reemplazado por ceniza y el silbido de las aves se ha vuelto un completo silencio.
Tardará más de cien años para que los terrenos se recuperen coinciden repetitivamente en señalar los técnicosambientalistas. Azuay se convierte con este evento, al igual que el año anterior, en la primera provincia con el más alto registro de incendios forestales y vegetación devastada por el fuego.
Lamentablemente y según los socorristas, ha sido provocado por la mano del hombre que aún piensa que prendiendo fuego a la vegetación, se atraen lluvias para la agricultura.
Durante el domingo bomberos, guardia ciudadana, personal de Fuerzas Armadas y junto a comuneros abrieron trochas para cortar el avance del fuego hacia la parte baja del sector e impedir que afecte a los poblados cercanos.
El helicóptero de la Policía, colaboró con el bambi, es decir, con el bucket lanzando agua desde el aire.
Las tareas de este lunes 10 de septiembre, se centraron en reforzar el trabajo de las trochas para proteger a los sectores aledaños. “El fuego de la parte alta de los cerros, se apagará de manera natural, luego de consumir la vegetación de las cúspides”, adujo un técnico del Gobierno Autónomo Descentralizado de Nabón.
Datos
En lo que va del año 2018, el fuego ha consumido unas 1.440 hectáreas, cifra cercana a las 1.609, 82 hectáreas que desaparecieron en similares condiciones en el 2017.
Las otras dos quemas vegetales de Quinsacocha y Molleturo, iniciadas el viernes 7 de septiembre, fueron apagadas la tarde del domingo 9 de septiembre con un daño que supera las 120 hectáreas.
Según el ambientalista Carlos Martínez, para la recuperación de un bosque, deberán pasar cerca de cien años; es un proceso lento.
La flora y la fauna, es muy difícil reestablecerse, son elementos nativos que con los incendios tienden a extinguirse.