Así es como se turistea en un cráter volcánico
Es un volcán que no aparenta ser volcán y que aun así tiene el cráter más grande entre los colosos de Latinomaérica. Es el Pululahua y de acuerdo al diccionario etimológico y comparado del Kichua del Ecuador, significa ‘Roca que echa espumarajos’.
Quizás sí botó espumarajos y fue tan furioso como los otros 98 volcanes (solo 31 están activos) que Ecuador tiene en total. El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) hizo ese cálculo y que la última vez que erupcionó fue hace 2.200 años.
Como de eso ya es bastante tiempo, el Pululahua ya no es conocido por su apelativo de volcán sino como la reserva geobotánica en que se convirtió; promocionado tanto el Ministerio de Turismo, como atractivo y el también el Ministerio de Ambiente, por estar entre sus áreas protegidas.
Por lo tanto, ‘turistear’ en este sitio es posible. Según la descripción de su página web, la caldera mide cerca de 4 kilómetros, tiene forma de herradura y en su interior (además de una comunidad que ahí habita) hay tres cerros: Pondoña (2.975 m), El Chivo (2.698 m) y Pan de Azúcar (2.769 m).
Lo que está permitido hacer en esta área de 3 384 hectáreas son fotografías, camping, senderos y paseo en bicicleta. Los senderos son dos: Sal si puedes y El viento, que los puedes consultar aquí
Además de las recomendaciones en vestimenta que por lo general no varían de la ropa abrigada, el poncho de agua y unos botines a media caña como zapatos para resistir la caminata.






