
Es mejor bajar o apagar la calefacción
Es mejor bajar o apagar la calefacción Esta es la opción con la que más ahorrarás según los expertos. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
¿Es mejor bajar o apagar la calefacción?
Cada invierno, todas las familias españolas se repiten la misma pregunta: ¿es mejor dejar la calefacción puesta al mínimo por la noche o apagarla del todo y encenderla al día siguiente? La idea es optar por el método que más ahorre en la factura, y la OCU, como expertos en el tema, ha dado las claves para entender las diferencias entre un método y otro, aclarando la mejor opción.
La realidad, según los estudios y cálculos energéticos, afirma que el máximo ahorro en tu factura de calefacción se consigue apagando el sistema por completo durante estos periodos prolongados, como son las noches.
Para que el calor sea eficiente y no nos vacíe el bolsillo con la factura mensual, es crucial entender la diferencia de gasto entre apagar y solo bajar el termostato, y saber cómo influye el aislamiento de tu vivienda o la temperatura exterior. La diferencia puede suponer un ahorro de hasta el 67 % si se planifica correctamente.
La clave para lograr la máxima eficiencia está en minimizar el tiempo que el sistema está encendido. La OCU ha analizado los cálculos y escenarios presentados por diversos expertos en energía para determinar cuándo conviene gestionar de una u otra forma la calefacción.
Cuándo bajar el termostato
Si estás buscando un equilibrio entre estar cómodo y ahorrar, reducir la temperatura en lugar de apagar es una opción interesante. Los expertos recomiendan una temperatura de confort en el hogar de unos 21 °C.
Por tanto, imaginemos un escenario habitual en España, como sería vivir en un edificio antiguo con un aislamiento intermedio y una temperatura exterior de 5 °C. Si durante la noche (unas 9 horas) decides bajar el termostato de 21 °C a unos 16 °C, conseguirás un ahorro de energía estimado del 8 %.
Este porcentaje se debe a que la energía que necesita la caldera para mantener 16 °C es mucho menor que para mantener 21 °C. El consumo en la recuperación es inferior al gasto que habría provocado mantener la temperatura alta durante toda la noche.
Cuándo apagarlo totalmente
Si estás dispuesto a sacrificar un poco de confort mañanero a cambio de un impacto directo en el bolsillo, apagar la calefacción es la mejor opción. Si apagas el sistema por completo, el ahorro de energía puede dispararse hasta el 67 %.
La conclusión, por tanto, es que la cantidad de energía necesaria para compensar la pérdida de calor durante la noche o la jornada laboral es significativamente menor que la energía que consumiría la caldera encendiéndose intermitentemente para mantener los 16 °C o 21 °C, incluso en un piso mal aislado.
Como recomendación para una mejor sensación, si en tu hogar hay niños pequeños o personas mayores, y necesitas una temperatura estable por seguridad y salud, la recomendación es no apagarla del todo. En ese caso, puedes usar un termostato inteligente para encender la calefacción al menos una hora antes de que se levanten.
Otros factores que influyen
El ahorro en la factura no solo dependerá de estos, ya que también intervienen otros aspectos que conviene tener en cuenta:
- Aislamiento de la casa: Si vives en un inmueble moderno con un buen aislamiento, con ventanas de doble o triple cristal o fachada aislada, la temperatura descenderá más lentamente. El ahorro al pasar de un aislamiento bajo a uno alto es de alrededor de un 17 % en el consumo total.
- Temperatura exterior: Por cada grado que sube la temperatura en la calle, el consumo se desploma. Por ejemplo, si fuera hace 5 °C en lugar de 0 °C, gastarás un 20 % menos de energía para calentar tu casa a 21 °C. Si la temperatura sube a 10 °C fuera, las necesidades energéticas se reducen en un 45 % respecto a tener 0 grados en la calle.
Cada grado cuenta
Además, debes tener en cuenta que por cada grado que subes el termostato por encima de los 20 °C, el consumo de tu caldera puede aumentar entre un 7 % y un 10 %.
Ajustar el termostato a 23 °C en lugar de 21 °C puede significar una diferencia de hasta un 20% en tu factura mensual sin un aumento real y perceptible en el confort. Mantener la temperatura ideal (entre 19 °C y 21 °C durante el día, y 16 °C-17 °C por la noche) es tan importante como decidir cuándo apagar.






