Entre gritos de ¡Sí se pudo!, un puñado de familiares, los más cercanos, esperó a la delegación de la selección nacional Sub-17 en el aeropuerto capitalino. El equipo ecuatoriano regresó con la gesta, histórica, de alcanzar el último cupo al mundial de la categoría tras golear 4-1 a Argentina, en el último partido del Sudamericano de Lima. La Tri se unió a Argentina, Chile y Paraguay como representantes sudamericanos.

Rostros cansados, pero con una sonrisa de satisfacción, se apreció en el grupo de seleccionados, pero todos con la satisfacción del deber cumplido, con algún apuro al final del torneo, pero la emoción de sentirse históricos entre los futbolistas nacionales.

Ecuador llegó al último partido con la necesidad de golear a la albiceleste, que por su parte jugaba por coronarse campeón del torneo. Tarea difícil para los de Javier Rodríguez, “pero el grupo se concentró en que sí podíamos y cumplimos el objetivo”, señaló Joan López, golero del combinado ecuatoriano.

“El profe nos dijo que juguemos tranquilos que si venía el primer gol nuestro tendríamos espacios para alcanzar el objetivo”, apuntó.

Con el triunfo, en el camerino nacional no hubo más que algarabía. “Alegría total, somos un grupo alegre, muy unidos. Hicimos de todo para celebrar”, dijo el volante Johan Mina, goleador del Sudamericano con seis anotaciones.

Una primera despedida del grupo fue a un costado de la puerta de arribo internacional. El preparador de goleros, Miguel Santillán, reunió al grupo y entrgó algunas indicaciones, la principal, que no falte dedicación en su trabajo, que regresen a sus equipos y que su desempeño determinará el llamado para ir al mundial.

Luego, el grupo fue al autobus y partieron a la Casa de la Selección para almorzar juntos, ahí el grupo se dividió, cada uno tomó su rumbo, los jugadores de Quito a su casa, otros de regreso a la terminal aérea para dirigirse a sus ciudades de origen, todos a la espera de completar el sueño y jugar en el mundial de Brasil.

Fuente: eluniverso.com

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