Debate por policía que patea a sujeto que antes había asaltado a esposa

El video de un policía pateando por dos ocasiones a un detenido que está en en suelo con las manos esposadas desató un debate en redes sociales. Ciudadanos apoyan que el agente haya actuado como «esposo y padre» luego de capturar al sujeto que había asaltado a su esposa, en presencia de un niño, al parecer hijo de ambos. Otros cuestionan la agresión contra quien está neutralizado.

La escena se filmó en Quevedo, el jueves, y el antecedente consta en otro video. Ahí se ve que un individuo que ha bajado de su moto arrebata las pertenencias de una mujer y que cuando este se va, el policía llega en moto. Ella le avisa del ataque y el uniformado arranca detrás del delincuente al tiempo que saca su arma.

En el segundo video, el asaltante yace en el suelo esposado y descalzo. El policía le quita objetos, luego lo patea en la cara, llama por teléfono y vuelve a patearlo.

Abogados apoyaron el procedimiento aludiendo la situación de inseguridad en el país y se ofrecieron a defenderlo en caso de un juicio. El ciudadano @victorvillamar escribió: «Total respaldo a este esposo y padre, en caso de necesitar apoyo, cuenten conmigo». Otro, @romebermcast, opinó: «Es una acción o reflejo de una olla de presión, todos hemos sido alguna vez víctima de atracos y de posibles homicidios, pero ante tanta impunidad, tanto quemeimportismo, solo nos queda la indignación y por ende este desahogo».

Entre los que cuestionaron el procedimiento del policía, @galo_valarezo escribió: «Debe ser injuiciado y de ser encontrado culpable, destituido y sancionado. Aquí tenemos a un posible policía actuando criminalmente contra un posible delincuente. Las cortes son las que determinan la culpabilidad y el castigo».

En respuesta a un comunicador que desafió a la ciudadanía a «defender al ladrón», @LoloMino expuso: «1. Policía no tiene la facultad de ‘castigar’ a un detenido, eso le corresponde a un juez. 2. Patear a un detenido cuando esta naturalizado (neutralizado) y en el piso no es ‘castigo’, es uso excesivo de la fuerza y trato cruel…».

El suceso se registró en la cooperativa Gustavo Campi, parroquia San Camilo. (I)