Profesional de medicina de origen cañarejo, vacunado contra COVID-19 en Texas
El médico estadounidense de origen cañarejo Scotty Ortega fue uno de los primeros ecuatorianos en recibir la vacuna contra el COVID-19.
Hoy reside en la ciudad de Odessa, en el estado de Texas, pero vivió y estudió en Ecuador, y recibió el pinchazo la tarde del martes pasado. Asegura que no ha sentido ningún efecto posterior
Funciones
Ortega es director médico en centros privados como el West Texas Medical Care, hospital de Oceans, hospital Encompass y el Continue Care, este último incluye pacientes geriátricos. Por vía telefónica cuenta que minutos antes de la vacunación se sentía ansioso porque había escuchado en medios de comunicación y redes sociales que la vacuna de Pfizer generaba algunos efectos secundarios.
Sin embargo, hasta el momento todo está bien y la segunda dosis se la aplicarán el 12 de enero de 2021.
Tras esta experiencia asegura que la gente no debe dudar y recomienda a sus pacientes que lo hagan, pues el coronavirus “es una enfermedad de muy alto riesgo y muchas personas pueden desarrollar la parte más fatal de la enfermedad como problemas pulmonares y hasta morir”.
Junto con Ortega se vacunaron otros cinco colegas con quienes mantiene constante contacto y le han dicho que el único efecto posterior que presentaron fue un poco de dolor o fatiga, pero insiste en que estos malestares son “mínimos” y que no podrían repercutir en el futuro.
Ante la alarma mundial generada por la nueva cepa, este profesional envía un mensaje de optimismo profesional porque la mutación, según afirma, es algo normal que sucede con los virus.
Aunque tiene claro que todavía faltan estudios por realizar, cree que un paso importante es vacunarse.
Finalmente, a las puertas de celebraciones como Navidad y Fin de Año, el médico recomienda evitar el contacto y las reuniones sociales.
“Es importante llegar sanos a los próximos tres o cuatro meses cuando la vacunación sea general”, explica. (I)