El inicio de toda carrera deportiva va a traer consigo sus complicaciones. El sueño de llegar lejos implicar esfuerzos y sacrificios que suelen ir más allá de lo inimaginable. Lecciones de vida de quienes progresan y mantienen su esencia.

En un adelanto de los periodistas de Fútbol Sin Cassette, Hernán Lino reconoció que sorteaba algunas cosas para poder cumplir con Barcelona. “Empezaron las doble jornadas, a veces triple que nunca me había pasado. A veces me tocaba viajar y otras quedarme. Intentaba quedarme en el terminal hasta que era hora de entrenamiento”.

El joven elemento fue abordado en su momento por Guillermo Almada quien le dio una buena mano para quedarse en Guayaquil. “Después se enteró el profe y le dije que vivía en Babahoyo. Trataba de ver si comía algo porque a veces iba con lo justo. Me dijo que porque no le dije para hablar con el club y quedarme en la concentración”.

Esta no fue la única ayuda que recibió pues el resto del grupo tomó acción y aportó con su granito de arena. “Matías me cogió solo antes del debut y me dijo: Sé que tienes que viajar, no nos enteramos pero hemos recogido entre todos los compañeros para que tengas para tus pasajes. Me dieron como 600 dólares y me señaló que todos somos uno”.

Fuente: futbolecuador.com

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