Suicidio: se puede cambiar de opinión

“Si en un periódico se lee una noticia mal enfocada, esta puede tener un efecto de imitación, el llamado efecto Werther. Si esa misma información tiene un enfoque distinto, de persona que sufre, de persona que puede necesitar ayuda, de persona de la que uno se puede compadecer, se puede estar consiguiendo un efecto Papageno”, afirma el periodista.

Ante la pregunta de si los medios lo están haciendo bien, González comenta: “Estoy viendo un cambio de tendencia. Veo que por un lado hay un tratamiento más sensacionalista que divulga todo tipo de detalles, y, por otro, cada vez con más frecuencia se empieza a abordar el fenómeno del suicidio como una problemática de salud general y cada vez está más presente en los medios”.

Existen unas orientaciones elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que no terminan de cumplirse. A pesar de que aún son muy útiles, hace falta adaptarlas a los tiempos de internet. Según un estudio del Consejo Audiovisual de Cataluña, hoy con las redes sociales e internet, hay 1,8 millones de resultados en la red que son peligrosos para personas en riesgo suicida.

Gabriel González, opina que “ante cualquier noticia del suicidio hay que añadir cuáles son las señales de alarma ante las que hay que reaccionar, cuáles son los factores de riesgo, cómo hay que actuar, y los lugares en los que se puede pedir ayuda”.

Que los profesionales estrechen su trabajo: acercamiento al efecto

“A los periodistas les ha faltado información para llevar a cabo su función como agente de prevención. No han trabajado este tema como un problema endémico. Concienciar es una tarea de todos. Los periodistas solos no van a poder”, comenta el periodista.

Y añade: “El efecto se lograría antes y con más eficacia si los periodistas, que son los divulgadores de las noticias sobre este tema, estuvieran asesorados por psiquiatras y por los agentes que realmente conocen la prevención del suicidio. Trabajando de manera estrecha y colaborando se puede ayudar a que se consiga el efecto Papageno”.

Así se podría evitar, que las personas cercanas a un potencial suicida se conviertan en supervivientes. Según la Association of Psichology and Psichiatry for Adults & Children (APPAC), los supervivientes son aquellas personas que han perdido a un ser querido por suicidio. Se les llama así porque el nivel de estrés que viven es equivalente al que sufre alguien que ha estado en un campo de concentración o que ha vivido un conflicto.