‘Aquí no se viene a carajear’: crónica de una remoción anunciada en FEF

El día que lo iban a deponer, Francisco Egas se acomodó frente al ordenador a las 10.07 de la mañana para iniciar la sesión en la que firmaba como presidente.

Delante de una pintura abstracta de paleta otoñal y colgada de la pared, el principal de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) hasta el pasado 24 de abril atendía sentado aquel viernes, por videoconferencia, a la reunión ordinaria del directorio. También en línea, otros ocho altos dirigentes, un secretario general y cuatro empleados –jurídicos, auxiliares y comunicacionales– del ente rector del balompié nacional.

Egas venía “tranquilo” el último mes. Había visto “motivado y emocionado” a Jordi Cruyff, a quien contrató como seleccionador de la Tricolor; los patrocinadores “adelantaban dinero” a la federación en medio de la crisis de coronavirus, y planificaba conversaciones para que la Copa Ecuador de la FEF entregara un cupo a la Libertadores.

Pero aquella mañana inusual, vía Zoom, Amílcar Mantilla fue el primero en tomar la palabra.

—Antes que se lea el orden del día, solicito a usted, señor presidente, que como primer punto se incorpore: Análisis y resolución frente a la crisis institucional.

Egas consintió a medias, ya que le pidió al cuarto vocal que antes de proceder con lo que proponía entre los seis puntos a tratar en la jornada, se le diera paso al informe de selecciones del director deportivo Antonio Cordón, invitado para el efecto. El presidente ganaba tiempo.

‘¡Carajo! Ya basta de todo esto’

Tras el extenso y lírico discurso de Cordón, llegó el asunto crucial, propuesto apenas con anticipación. Michel Deller, primer vocal principal, avizoraba lo que podría venirse cuando se apresuró a intervenir y pidió “que conste en acta” lo que declamaría sobre “ser responsables y respetuosos”.

—Tenemos que ser profesionales y no estar preparando oficios por detrás. Seamos coherentes con nuestros actos. Esos oficios que vienen dándose desde la administración pasada (de Carlos Villacís, sucesor del condenado Luis Chiriboga); seamos frontales. Ustedes, señores del fútbol amateur, tengan sus propios criterios, no se valgan de Amílcar para poder dar sus opiniones. ¡Carajo! Ya basta de todo esto.

—Yo te respeto mucho, Michel —respondió Mantilla—. Te aprecio y te admiro por todo lo que has hecho en el fútbol, pero no puedes venir aquí a carajear; esto no es tu hacienda.

El proponente de la inhabitual moción pidió entonces a Angie Palacios, secretaria ad hoc, que leyera un oficio firmado por seis de los nueve directivos de la FEF.

En el documento suscrito por el mismo Mantilla, el vicepresidente Jaime Estrada y los vocales Carlos Galarza, Vicente Mantilla, Edison Ugalde y Alfonso Murillo, se resolvía por mayoría simple “reestructurar el actual directorio” y remover de la presidencia a Egas. Siete antecedentes y fundamentos legales se expusieron en la lectura de Palacios; entre los principales: la desmedida y desautorizada remuneración de Cruyff, Cordón y Gustavo Silikovich, secretario general también presente en la reunión; la “unilateral gobernanza” de Egas, “quien viene actuando permanentemente al margen de las normas estatutarias y de las decisiones adoptadas” por la cúpula; y el “malestar continuo por la ausencia permanente del presidente” en la sede domiciliar de la FEF, en Guayaquil, “generando desconcierto, desconfianza y falta de respeto” a la institución.

Silencio.

—Yo sabía que detrás de las declaraciones de Ampuero estaban ustedes— reaccionó finalmente Egas.

Se refería a un reciente entredicho que había protagonizado la noche anterior con Juan Martín Ampuero, exrelacionista de la FEF y quien dejaba entrever irregularidades en el pago de una factura por parte de Ecuafútbol —cuyo presidente “sabía”— mediante una intermediaria “que no movió un dedo” en la producción de un video promocional de la Selección en la Copa América de Brasil, en 2019.

Egas consultó entonces a Guillermo Saltos y Xavier Zevallos, asesores jurídicos de la federación presentes. No hubo acuerdo entre los colegiados. Saltos explicaba que al ser la FEF un organismo de derecho privado su dirigencia “puede hacer aquello que no esté prohibido expresamente” y que el directorio “puede tomar medidas sobre dignidades” mientras no trastoque a los miembros como tales. Zevallos alegaba, en tanto, que el afectado debería tener el constitucional derecho a la defensa e incluso trajo a escena el caso del separado Chiriboga, cuya efímera mención en la discusión se disipó de inmediato.

Deller, en evidente desacuerdo con lo que sucedía, reapareció para señalar la posibilidad de que los argumentos expuestos por sus seis pares pudieran “no ser ciertos”. Con él convino Carlos Manzur, segundo vocal principal, quien declaró que “la resolución que está tomada en el oficio parte de hechos que tienen que ser comprobados y, ¿qué pasa si no se prueban nunca?”.

—Sr. Egas, usted lo que tiene que hacer es someter a votación la resolución adoptada por seis de los nueve miembros— interrumpió, en reclamo, Estrada.

Se aprestaba en consecuencia el inicio de la votación cuando Deller se convirtió en el primero –en realidad, el único– en anunciar su retiro.

—Mi voto desde ya es en contra. Yo no voy a seguir formando parte de esto. Yo renuncio.

Como si nada hubiese ocurrido, Murillo y Vicente Mantilla prosiguieron y se mostraron de acuerdo con la resolución que ya habían suscrito mediante oficio. Fue cuando la sesión debió interrumpirse “por fallas técnicas” a las 12.45.

Votación irrefrenable; Estrada asume

Minutos después la videoconferencia se reinstaló, esta vez sin Egas, Deller y Manzur. La votación continuó y se aprobó la resolución por los seis directivos presentes y signatarios de antemano.

Estrada tomó posesión de la presidencia con juramento a cargo de Galarza, flamante vicepresidente. Y viceversa. Egas fue desplazado a la tercera vocalía.

—Sí, juro; me comprometo —recitó Estrada— a cumplir y hacer cumplir el estatuto de la FEF y sus reglamentos.

La reunión retomó su rumbo. Una extraña calma rondaba. Tras discutirse los cuatro puntos restantes, más informes de área, Galarza se aprestó a felicitar al nuevo principal y concederle “apoyo siempre”.

A las 14.40 se dio por terminada la sesión. Y en la firma del acta de 22 páginas: Jaime Estrada Medranda, presidente.

Fuente: eluniverso.com

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