¿El covid-19 está presente en agua de lluvia o en piscinas?
¿El covid-19 está presente en agua de lluvia o en piscinas?. La presencia del nuevo coronavirus en piscinas, agua de lluvia o por cambios en las estaciones climáticas es analizado por la comunidad científica. Si bien la principal medida para evitar la expansión del covid-19 es el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Las personas tienen dudas sobre si el cambio de estación o la apertura de albercas podría influir en su salud.
Uno de los problemas para determinar los efectos del covid-19 en distintos escenarios es, precisamente, el momento en que apareció. En diciembre de 2019, la ciudad de Wuhan, China, presentaba temperaturas cercanas a los 0°C por las noches. Fue en este ambiente donde el virus logró transmitirse a hasta convertirse en una pandemia.
¿El covid-19 está presente en agua?
Uno de los escenarios que se ha estudiado es el cambio de estaciones climáticas frías a cálidas para determinar el nivel de contagio del virus. Al momento, el estudio más comentado por la comunidad científica fue dirigido por Jingyuan Wang, de la Universidad de Beihang, en China.
En este trabajo, realizado con datos de 100 ciudades chinas y 1 005 estadounidenses, se determinó que, a mayor temperatura y humedad, bajaron la tasa de contagios del nuevo coronavirus. Los científicos añaden que esto puede estar influenciado por las restricciones de movilidad y aislamiento, sin embargo, señalan que estos factores también influyen en una menor transmisión de la influenza, según los registros históricos.
Pero la médica Jennifer Horney, de la Universidad de Delaware, no cree en esta relación. Ella ha sostenido en varias entrevistas a medios estadounidenses que el cambio al verano no ha significado un menor número de nuevos contagios de coronavirus en los Estados Unidos.
El agua de lluvia y piscinas todavía bajo análisis
Sobre el agua y el covid-19, la comunidad científica no tiene una respuesta definitiva. Jared Baeten, de la Universidad de Washington, por ejemplo, sostiene que las gotas de lluvia podrían desactivar el virus. De hecho, él aseguró que es posible sentarse sin miedo alguno en la banca de un parque luego de un aguacero.
Sin embargo, el microbiólogo Daniel Pineda explica que la lluvia reduce significativamente la cantidad de carga viral que podría tener un sitio determinado, pero no mata ni desactiva al SARS-CoV-2. A su criterio, para eliminar por completo al virus se necesitan químicos y otros materiales ya conocidos como el detergente, jabón, amonio cuaternario, cloro, alcohol, etc., cuya acción sea continua sobre la superficie a desinfectar, ya sea de varios segundos o minutos, según el producto utilizado.
Por su parte, William F. Marshall, miembro de la Clínica Mayo, argumenta que no hay evidencia científica suficiente de que el coronavirus se transmita en piscinas y jacuzzis, sobre todo por el uso de cloro.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos. También sostienen que no hay evidencia científica que sostenga que el covid-19 se transmita a través de las piscinas y centros con aguas recreacionales. Es por ello que la institución emitió una guía para los sitios que reabrieron durante este verano.
En esta se destacan sugerencias como no usar mascarilla cuando se ingresa al agua (pero sí cuando se camina en los espacios públicos). Controlar el ingreso a piscinas por grupos. Desinfectar constantemente los sitios y objetos que entran en contacto con los usuarios. Motivar el lavado de manos y el uso de alcohol para desinfectar las manos, etc.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades también establece que no hay datos científicos sobre la presencia del SARS-CoV-2 en aguas de mares y océanos. El efecto de dilución ayuda a “disminuir la carga viral y la salinidad puede contribuir a la inactivación, como ocurre con virus similares”, señala el organismo.