El activismo juvenil, esperanza para el futuro del planeta

El aumento del nivel del mar es acelerado e irreversible. La advertencia la viene haciendo desde 1992 la NASA y el 6 de noviembre pasado fue ratificada en un informe de expertos climáticos de la ONU. Para Guayaquil, que está a 4 metros sobre el nivel del mar, la situación se pinta dramática: en este siglo estará bajo el nivel del mar.

Según un estudio publicado en Nature Communications, se prevé que el nivel del mar en el mundo aumente entre 0,6 y 2,1 metros y muchas ciudades costeras se inundarán para el 2050. El cambio climático, aumento de la población, consumo de bienes naturales y el crecimiento económico están entre las causas.

Durante el Gobierno anterior Ecuador se comprometió a llevar una contabilidad ecológica y en una década pasó de un superávit a un déficit en el presupuesto ambiental anual, según expertos de la organización internacional Global Footprint Network (GFN). Este año ese presupuesto se agotó el 14 de diciembre; en el 2018 llegó hasta el 28 de octubre.

Hacen falta esfuerzos desde el Estado y a nivel individual para reducir la huella ecológica y dejar de confundir el vivir bien con consumir más recursos.

El deshielo en las zonas del Ártico obliga a los osos polares a dejar su hábitat para buscar comida en los basureros de las localidades del norte de Rusia. Foto: Archivo

Normativas que prohíben el plástico de un solo uso –adoptadas solo en unas cuantas ciudades– se contraponen con la explotación de minas a cielo abierto que el Ejecutivo defiende y los activistas cuestionan. Será el tiempo y la voz del planeta los que medirán el real impacto. Otra deuda colectiva es la apuesta por energías limpias.

A nivel individual hay bríos de jóvenes que dan esperanzas. La sueca Greta Thunberg, de 16 años, es reconocida en el mundo, pero aquí tenemos créditos comoCecilia Torres, que desde Mingas por el mar ejecuta, con un ejército de activistas, acciones de limpieza; Eliana Molineros, que con el proyecto Sacha no baja la guardia en el rescate de animales silvestres, o Jhoselyn Mendoza con acciones que se deberían emular como llevar un vaso acordeón y un plato en la cartera para evitar los artículos desechables en los patios de comidas. ¿Le parecen un exceso? No, todos debemos velar por el planeta en el que vivimos. El reto es para todos. (O)