Sector turístico espera más coordinación para mejorar visitas en próximos feriados

Durante el último día del feriado del 10 de agosto el flujo vehicular en las carreteras de Manabí fue moderado, según lo dieron a conocer autoridades de control en esta provincia.

Pese a esto, agentes policiales, militares y agentes municipales de tránsito efectuaron retenciones de vehículos y hasta sanciones a personas por irrespetar el toque de queda.

En los tres días del asueto nacional, la Policía retuvo 45 motocicletas, cinco carros y citó a catorce personas por incumplir el toque de queda, según Pablo Ramírez, comandante de la subzona 13 de Policía.

Entre Portoviejo y Manta se retuvieron 20 motocicletas, indicó el jefe policial. Gustavo Barrera, gerente de la empresa pública municipal Portovial, de la capital manabita, señaló que tuvieron que efectuar controles en algunas avenidas de Portoviejo para notificar a los visitantes que a las 23:00 iniciaba el toque de queda.

El funcionario municipal refirió que, por ejemplo, se tuvieron que hacer controles en algunas avenidas como Manabí, Reales Tamarindos, Atanasio Santos y 1 de Mayo, en donde incluso se notificó a personas que bebían que en caso de ser conductores debían entregar el volante a otra persona que no consumiera alcohol y así evitar inconvenientes.

En la playa de Crucita la presencia de público fue escasa, y los controles eran exhaustivos para evitar que ingresaran a la playa, pero sí había permiso para que consumieran en los 18 restaurantes que habilitaron sus espacios para la venta de platos a base de mariscos.

Igualmente los balnearios de Guayas y Santa Elena, donde al igual que en Manabí no se permite aún el acceso de bañistas al mar, registraron escasa presencia de turistas ayer. Esta es una medida de los gobiernos locales para prevenir la propagación del coronavirus.

Solo en seis playas, en Esmeraldas y El Oro, se permite el ingreso de los turistas al mar.

En Cuenca

El movimiento de turistas no fue el esperado durante el feriado para la capital azuaya. La ocupación hotelera y el traslado de viajeros entre Cuenca y Guayaquil fue menor al 10 % en comparación al año pasado.

La falta de dinero, de planificación y el temor a contagiarse de coronavirus fueron los tres factores de incidencia según los consultados. Actualmente la incidencia de contagios se ha incrementado en el norte y centro del país.

A pesar de que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional flexibilizó las restricciones de movilidad durante el feriado del 10 de agosto la respuesta del turismo no fue la que se esperaba.

Patricio Miller, presidente de la Cámara de Turismo de Cuenca, comentó que en la misma temporada del año pasado la ocupación hotelera llegó al 70 %, pero en esta ocasión la reducción fue radical.

Lo mismo aconteció en el transporte turístico. Samuel Coronel, directivo de la compañía Operazuay, contó que en 2019 movían alrededor de 1500 personas durante los cuatro días entre Cuenca y Guayaquil, pero que en esta ocasión no llegaron a 200.

La mayoría viajó el viernes y sábado, el domingo no hubo demanda y ayer tenían reservas de personas que retornaron de la Costa a la Sierra.

Refirió que el 65 % de sus pasajeros iba a las playas y el 35 % restante al aeropuerto para emprender un viaje internacional, pero ahora nada de eso aconteció. Miller consideró que las decisiones del COE y del Ministerio de Turismo no tuvieron coordinación con las autoridades locales y todo se generó a última hora, por lo que la situación no llenó las expectativas del sector.

Para los feriados del 9 de octubre y 3 de noviembre el pedido de los vinculados al sector turístico es que exista más apertura y planificación por parte de las autoridades del Gobierno entre ellas el COE. Esto repercutirá en un mayor control de las medidas de bioseguridad en el sector para evitar un rebrote del virus. (I)