Diana Intriago tiene apenas 10 años y una bandera ecuatoriana pintada en el rostro que luce con orgullo. Nació en Madrid. Tiene nacionalidad española pero sus raíces son de Ecuador, el país de origen de sus padres. Acudió con ellos a la celebración de un aniversario más de la independencia de la tierra que vio partir a sus progenitores hace más de una década. A su llegada a la capital española se instalaron en Ciudad Lineal, barrio conocido como la “Pequeña Quito”. En el corazón de este punto de la capital española, un millar de ecuatorianos asistió al desfile que, por segundo año consecutivo, corrió a cargo del Comité Cívico Ecuatoriano en España.

En total, ocho entidades conforman la organización: Rumiñahui, Canal Evento, Aplore, Asolares, Ascae, Manabitas en España, Eventos en Red y Juventud Latina. La iniciativa, declarada evento de “interés turístico” por el pleno de la Junta Municipal del distrito, es una apuesta de la sociedad civil con el respaldo de empresas privadas como Banco Pichincha España, las firmas de alimentos Goya e Ile, de telefonía Lyca Mobile y la aerolínea Plus Ultra, que inició operaciones en julio pasado.

Cerca de 500 bailarines desfilaron por la avenida Institución Libre de Enseñanza hasta la plaza de Los Misterios. “Te amo Ecuador” se podía leer en la pancarta que portaban las autoridades locales y diplomáticas. Al finalizar el pasacalle, Ángel Niño Quesada, concejal del distrito, destacó que Madrid es una ciudad «integradora» y «abierta a todo el mundo”.

Paloma García Romero, delegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento, insistió en que Ecuador y España tienen “un pasado común y un presente y futuro compartido. Para conseguir un Madrid más libre, abierto y diverso, necesitamos contar con todos los madrileños: los que nacieron en la ciudad, que llegaron de otros puntos de España y los que vinieron de más allá de nuestras fronteras”.

El encuentro, que culminó con la actuación de una decena de artistas, contó con la asistencia del embajador Cristóbal Roldán y el cónsul, Felipe Vega de la Cuadra. (I)